Marvin Herrera Araya , Ex-ministro de Educación y Ex-diputado
“La Democracia es el destino de la humanidad, la libertad su brazo indiscutible” (Benito Juárez)
Es frecuente leer que la Democracia en el mundo está sufriendo embates que la deterioran, afectan y ponen en peligro: corrientes de pensamiento autoritario; anhelos de volver, en estos tiempos, al imperialismo para ampliar territorios, bien por dominio económico o militar; riesgosa polarización de los pueblos; discursos disruptivos de la institucionalidad democrática, impregnados de violencia y odios; junto a pseudoslíderes que se aprovechan de los procesos democráticos para alcanzar el poder político y luego socavar su valores, principios y pilares, con propósito de consolidarse en el poder. Bien lo dijo Abraham Lincolm: “Del mismo modo que no sería un esclavo, tampoco sería amo. Esto expresa mi idea de Democracia”.
Naciones democráticas están expuestas a sufrir la decadencia, ese peligroso retroceso generalizado de la Democracia, y Costa Rica no es la excepción, en la que, también, toman su lugar la desinformación y las falsas o engañosas noticias “Fake News”. Las siguientes serían reales causas de lo que, actualmente, pueden estar viviendo dichas naciones.
- El deterioro generalizado de los regímenes democráticos en el mundo.
- La amenazante expansión del autoritarismo, con su ominosa estrategia de polarizar los pueblos, acompañada de odio, falsas y manipuladoras noticias, desinformación sobre la vida política y pública de los países, incluidos ataques a la institucionalidad democrática, avivados contra los medios de comunicación social no afectos a las oscuras pretensiones de quien gobierna, irrespetando el derecho a la información, de opinión, a la libertad de prensa.
- Las marcadas diferencias socioeconómicas en los pueblos que engendran graves desigualdades entre la ciudad y el campo, entre ricos y pobres, entre regiones del territorio nacional, entre el sector informal y el sector moderno.
- La desilusión, desesperanza de los electores cuando, en Democracia no se resuelven los problemas de los pueblos, no se atienden las necesidades de las comunidades ni de personas; mientras, contrariamente, los actos de corrupción cercenan la confianza en la Democracia y sus gobernantes.
- La desmesurada proliferación de partidos políticos sin fundamentos doctrinales, ideológicos ni planteamientos políticos integrales que presenten propuestas reales, creíbles, direccionadas a resolver los problemas del país, elaborados por equipos conocedores de las áreas de desarrollo nacional; partidos que, más bien, parecen obedecer a intereses particulares por puestos de elección popular.
- El desinterés, la apatía, de una alta mayoría de los jóvenes por la política, por la realidad y los problemas nacionales, al decir que no les afectan, prefiriendo vivir en sus propias burbujas. Lamentablemente, no se sienten atraídos por los partidos políticos ni por sus dirigentes. Idem, la indiferencia, el desgano de los demócratas, electores adultos, frente a la decadencia de la Democracia, habiendo vivido valores y principios de ésta que les dio el disfrute de Derechos Humanos fundamentales en su vida personal, familiar y comunal.
- El progresivo crecimiento del abstencionismo, lo que significa renuncia al derecho de elegir a sus propios gobernantes. ¡Grave!
- El abandono de la formación en y para la Democracia, especialmente, de los partidos políticos, estructurados con base en las normas y los procesos democráticos. Una tarea descuidada o incumplida, siendo esencial para fortalecer la Democracia y la institucionalidad de los partidos políticos de pensamiento democrático.
- La excesiva confianza de los demócratas de que el régimen que abrazan no va a sufrir caídas, deterioro y, por consiguiente, no se preocupan por alimentarla ni fortalecerla, mientras otras corrientes de pensamiento político hacen lo suyo para crecer.
- El desconocimiento o indiferencia de quienes no reparan en la desdichada vida de las personas en regímenes autocráticos, dictatoriales o totalitarios, en los que se pierden derechos humanos esenciales y oportunidades de desarrollo personal y colectivo, si no se es afecto al régimen dominante.
Si duda, nuestra vida democrática costarricense está siendo afectada, igualmente, por estos factores de riesgo, dado que el Mundo evoluciona y nuestro país también lo hace, por lo que nuestro régimen republicano democrático debe, indefectiblemente, evolucionar, actualizarse; el quid de este asunto es que debe actualizarse en democracia, adonde prevalezcan la libertad, la justicia, el diálogo, la concertación, los acuerdos de bien nacional, el bien común, el amor a la Patria y el respeto a la independencia de los tres poderes de la República y a un noble pueblo como el nuestro, y no en un sistema autocrático, dictatorial, en el que solo tiene valor y razón la voz y la voluntad del amo.
Albert Einstein afirmó: “Cada uno debe ser respetado como persona y nadie debe ser divinizado”.