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“Se considera al glaucoma como la ceguera silenciosa, debido a que, en la mayoría de los casos, no manifiesta síntomas hasta que se encuentra en un estado avanzado. Esta es la razón por la que cerca de la mitad de las personas que lo padecen no lo saben, y por lo que podría ser irreversible si no se detecta a tiempo”, aseguraron especialistas en oftalmología de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Con esta advertencia, la doctora Karina Estrada Hidalgo, especialista de la Clínica Oftalmológica, destacó, además, la trascendencia de un diagnóstico temprano para detener la progresión de esta enfermedad, que constituye la principal causa de ceguera irreversible a nivel mundial.
Según explicó, el glaucoma es un padecimiento que, por lo general, no manifiesta síntomas en sus fases tempranas. Esta es la razón por la cual muchos pacientes no consultan a tiempo, lo que a su vez dificulta un diagnóstico oportuno y un tratamiento adecuado que permita controlar y detener su progresión.
“Este padecimiento afecta al nervio óptico de manera progresiva y provoca, inicialmente, una afectación de la visión periférica (campo visual) de la persona. Si no se detecta y se trata de manera adecuada, puede avanzar hacia una pérdida de visión más grave. Por eso, la sensibilización y concientización sobre el glaucoma deben dirigirse a la importancia de realizarse revisiones oculares periódicas, principalmente en personas con antecedentes familiares de esta enfermedad”, advirtió la especialista.
Uno de los principales factores de riesgo para padecerla es mantener una presión intraocular elevada. Lo más común es que esto se deba a la obstrucción del drenaje del humor acuoso (líquido que se produce dentro del ojo). También presentan mayor riesgo las personas con antecedentes familiares, ciertas alteraciones visuales como miopía o hipermetropía en grados muy elevados, así como quienes padecen diabetes o hipertensión arterial.
La doctora Estrada aseguró que la mayoría de los casos de glaucoma son crónicos y no presentan síntomas. Existen diferentes tipos de glaucoma; el más frecuente es el de ángulo abierto, que generalmente se diagnostica en etapas avanzadas.
Otro tipo es el de ángulo cerrado o estrecho, que podría provocar dolor agudo, enrojecimiento del ojo y aumento súbito de la presión intraocular. Este tipo representa cerca de una tercera parte de todos los glaucomas, mientras que las dos terceras partes restantes son, generalmente, de ángulo abierto.
Manifestó que, cuando la enfermedad se encuentra en estado avanzado, por lo general, los pacientes llegan a consulta con cambios en la visión, dificultad para realizar actividades y mayor tendencia a sufrir caídas, producto de la disminución en la visión.
Ante esto, aseguró que la medida preventiva más importante para frenar el avance del daño en el nervio óptico y el consecuente riesgo de pérdida irreversible de la visión consiste en realizarse chequeos oftalmológicos anuales. En estas consultas se mide la presión intraocular y se aplican otros estudios específicos, principalmente si se tiene conocimiento de antecedentes familiares o se presenta cualquier cambio en la visión.
Lo anterior tiene como objetivo diagnosticar si efectivamente existe esa condición, así como identificar el tipo y la severidad del daño, de manera que se logre indicar el tratamiento más adecuado. Este puede consistir en el uso de gotas oftálmicas, procedimientos con láser o cirugía, según los hallazgos clínicos de cada paciente.
“Aunque la pérdida de visión ya ocasionada resulta irreversible, el tratamiento y su correcta implementación contribuirán a frenar el avance del daño en el nervio óptico. Por eso, las personas que hayan recibido este diagnóstico deben cumplir con el tratamiento indicado de forma estricta y asistir puntualmente a las citas de control y seguimiento”, detalló la experta.
Mantener estilos de vida saludables, realizar actividad física moderada o ejercicios de meditación han demostrado tener un efecto beneficioso en las personas con diagnóstico de glaucoma. Estas prácticas contribuyen a disminuir la presión intraocular, lo cual es una medida efectiva para retardar o prevenir la pérdida de la vista y mejorar la calidad de vida.
Según registros del Área de Estadística en Salud de la CCSS, el glaucoma mostró un repunte en el número de egresos hospitalarios durante 2024, en comparación con el 2023, registrándose un total de 666 y 486 casos, respectivamente.
Asimismo, desde enero hasta el 5 de marzo anterior, se reportó un total de 92 atenciones hospitalarias por esta causa.
Por otra parte, 36 736 personas con glaucoma fueron atendidas en los servicios de consulta externa durante el año anterior, mientras que, hasta el 5 de marzo de este año se habían reportado 5 421 casos.
El comportamiento de esta enfermedad ha evidenciado también su impacto en los servicios de urgencias de la institución, donde un total de 1 525 personas fueron atendidas durante 2024, y otros 238 casos ya se han registrado en lo que va del año.
La Clínica Oftalmológica de la CCSS es la unidad institucional especializada en la que se efectúa la mayor cantidad de procedimientos quirúrgicos por glaucoma.
Durante 2024, realizó un total de 239 intervenciones de este tipo y registró 3 110 consultas por este diagnóstico en el mismo periodo.