POLÍTICA
La convención interna del Partido Liberación Nacional (PLN) ha dejado en evidencia las tensiones y disputas que definirán el rumbo de la agrupación política de cara a las elecciones de 2026. La salida de Enrique Castillo, un actor disruptivo que desafió a la cúpula del partido, junto con los temores de una posible injerencia chavista en favor de Gilbert Jiménez, han provocado un ambiente de incertidumbre. En este escenario, la influencia de los líderes históricos del PLN, como Óscar Arias, Johnny Araya y José María Figueres, sigue siendo determinante en la definición de la estructura de poder dentro del partido.
La Salida de Enrique Castillo: ¿Fin del Reto a la Cúpula o Inicio de una Nueva Fase?
Enrique Castillo emergió como una figura incómoda para el establishment del PLN. No era un actor de consenso ni un fiel seguidor de las estructuras tradicionales; al contrario, su discurso confrontativo lo llevó a desafiar directamente a la dirigencia partidaria, cuestionando sus decisiones y llamando a una renovación profunda dentro del liberacionismo.
Su salida deja al PLN sin una voz que abogaba por una ruptura con las prácticas tradicionales, lo que podría significar un respiro para la cúpula, pero también un riesgo de pérdida de conexión con sectores que exigían cambios dentro del partido. Sin él en el escenario, la contienda interna se reacomoda, favoreciendo a figuras más alineadas con las estructuras de poder partidarias.
Preocupaciones por la Inflación de Gilbert Jiménez y la Posible Injerencia del Chavismo
Otro punto de inquietud en la convención es la influencia externa que podría beneficiar a Gilbert Jiménez, Diputado y ex alcalde de Desamparados y precandidato con un fuerte respaldo en sectores populares. Algunas voces dentro del PLN han expresado su temor de que el chavismo, o al menos sectores cercanos a esa corriente, busquen impulsar su candidatura mediante la movilización de bases ajenas al partido.
La estrategia de inflar candidaturas con el apoyo de sectores externos no es nueva en la política latinoamericana, y la posibilidad de que algo similar ocurra en el PLN preocupa a líderes que ven en esto un riesgo para la identidad ideológica del partido. Si bien Jiménez ha mantenido un discurso dentro del marco liberacionista, su ascenso impulsado por actores ajenos a la estructura tradicional genera incertidumbre sobre la dirección que podría tomar su candidatura en caso de imponerse.
Un Partido en Búsqueda de su Identidad en Medio de la Polarización
El PLN enfrenta un dilema complejo. Por un lado, la salida de Enrique Castillo elimina un foco de tensión interna, pero también deja al partido sin una voz que representaba una ruptura con las estructuras tradicionales. Por otro, la posible consolidación de Gilbert Jiménez como una opción fuerte aviva los temores de sectores internos que ven en su ascenso una señal de intervención externa.
En un contexto político cada vez más polarizado, la convención liberacionista no solo definirá a su candidato presidencial, sino que marcará el rumbo ideológico del partido en un escenario donde el electorado busca liderazgos claros y diferenciados. La pregunta clave sigue siendo: ¿Emergerá el PLN de este proceso como un partido fortalecido y unificado, o la fragmentación interna abrirá el camino a nuevos realineamientos políticos?