El Partido Liberación Nacional (PLN) se encamina hacia su convención interna, programada para abril de este año, con cinco figuras que competirán por la candidatura presidencial. Los precandidatos son Carolina Delgado Ramírez, Enrique Castillo Barrantes, Álvaro Ramos Chaves, Gilberth Jiménez Siles y Marvin Taylor Dormond.
En la última semana, cada uno realizó su presentación oficial ante los medios y militancia, dejando entrever sus propuestas y, en algunos casos, sus diferencias. Sin embargo, ha sido Enrique Castillo Barrantes quien ha captado la atención como el principal abanderado de la renovación dentro del PLN.
Castillo ha sido enfático en criticar el funcionamiento del actual directorio del partido, al que ha señalado como una instancia que monopoliza el poder y carece de transparencia. En un discurso frontal, ha propuesto una reestructuración completa del liderazgo del PLN, apostando por figuras alejadas de los grupos tradicionales que, según él, han desviado al partido de su esencia histórica. “El PLN necesita devolverle el protagonismo a las bases, y para ello, debemos romper con las prácticas que han mantenido secuestrada la voluntad de nuestra militancia”, afirmó Castillo durante su presentación.
El posicionamiento del precandidato no ha estado exento de polémicas. Su confrontación directa con el directorio y sus demandas de mayor apertura y transparencia han generado tensiones internas. Ricardo Sancho, presidente del PLN, salió al paso para responder a las críticas, defendiendo las acciones del actual liderazgo, lo que ha intensificado el debate sobre el futuro del partido.
En contraste, Álvaro Ramos Chaves ha recibido el respaldo de los sectores más tradicionales del PLN, presentándose como un continuador de las estructuras actuales, aunque también se ha autodenominado renovador. Esto ha llevado a cuestionamientos sobre la autenticidad de su mensaje, especialmente en comparación con la postura de Castillo, quien representa un cambio más radical en la conducción del partido.
El enfrentamiento entre Castillo y Ramos ha dominado la atención, polarizando las discusiones internas. Mientras Ramos cuenta con el apoyo de la cúpula, Castillo se ha convertido en el referente de las bases y de quienes buscan una transformación profunda. “No se trata de cambiar nombres, sino de cambiar la forma en que hacemos política en el PLN y de devolverle su mística y conexión con la ciudadanía”, afirmó Castillo en una reciente rueda de prensa.
La convención promete ser un punto de inflexión para el PLN. Con un discurso centrado en la transparencia, la renovación y el fortalecimiento de las bases, Enrique Castillo se posiciona como el catalizador de un cambio necesario, mientras los otros precandidatos intentan encontrar su lugar en esta pugna entre continuidad y transformación. Las próximas semanas serán decisivas para definir el rumbo del partido de cara a las elecciones de 2026.