POLÍTICA
Costa Rica enfrenta un choque de modelos. Mientras la socialdemocracia, promovida históricamente por el PLN, prioriza la equidad, el gobierno actual ha apostado por ajustes fiscales y mayor participación privada, dejando rezagos en áreas clave como la educación y la salud.
Con un 25.7% de pobreza y un desempleo persistente, el país vive las consecuencias de políticas que han limitado el acceso a derechos fundamentales. El reto para los partidos socialdemócratas será revitalizar su visión y demostrar que pueden responder a los desafíos actuales sin abandonar su compromiso con la justicia social.
En este contexto, un gobierno socialdemócrata podría ser especialmente conveniente para el próximo periodo presidencial, ya que tendría la capacidad de impulsar una agenda centrada en la reactivación económica inclusiva y la inversión estratégica en el capital humano del país. Esto significaría fortalecer el sistema educativo, mejorar el acceso a la salud y fomentar políticas públicas que promuevan el empleo digno y sostenible. Además, al priorizar la equidad como eje de sus políticas, un gobierno socialdemócrata estaría en mejor posición para reducir las brechas sociales y restablecer la confianza en las instituciones, generando una estabilidad que permita a Costa Rica enfrentar los desafíos del futuro de manera más justa y equilibrada.