Esta iniciativa surgió por medio del curso de Administración de Proyectos, de la carrera de Ingeniería en Producción Industrial.
En dicho curso, cada semestre, se elige un proyecto después de un proceso de análisis de las postulaciones que hacen los mismos estudiantes, según sus propias vivencias y comprensión de la situación de sus comunidades.
En esta ocasión, el proyecto se denominó: “Espíritu Talamanca”, que tiene como objetivo el colaborar en la restauración de las escuelas de Alto Urén y Monte Sión, brindando apoyo para mejorar las condiciones educativas de los niños y niñas de estas comunidades.
Además, se buscó fortalecer el acceso a recursos didácticos, contribuyendo al desarrollo educativo de la región.
De acuerdo con el Ing. Leonel Fonseca Retana, profesor del curso Administración de Proyectos, el proyecto: “Espíritu Talamanca” es una muestra del compromiso que, como academia, se tiene que forjar consciencia social en quienes serán los futuros líderes.
“La experiencia de trabajar mano a mano con estas comunidades, que viven realidades muy distintas a las nuestras, ha sido transformadora para los y las estudiantes y para mí en lo personal. Espíritu Talamanca ha marcado un antes y un después en la vida de quienes tuvimos la oportunidad de participar, brindándonos una nueva perspectiva y un profundo sentido de logro”, expresó Fonseca Retana.
Fonseca acotó que integrar el componente humano en la formación en ingeniería es crucial, así fomenta la formación de verdaderos agentes de cambio.
“Deberíamos aspirar a empoderar a nuestros estudiantes no solo en el ámbito técnico, sino también en la conciencia del papel que juegan en la construcción de una sociedad más justa y equitativa. Creo que el objetivo de sentar las bases de un futuro mejor para todos las ponemos con cada proyecto que hacemos, porque hacer ciencia sin conciencia es hacer ciencia a medias”, comentó Leonel Fonseca.
Participación
Espíritu Talamanca está conformado por 20 estudiantes de Ingeniería en Producción Industrial e Ingeniería Física.
Durante el semestre, los jóvenes se organizaron con múltiples actividades, para los materiales y suministros. El equipo pudo realizarle las mejoras en las escuelas seleccionadas. Además de las mejoras estructurales, se entregaron alimentos, ropa y otros artículos que beneficiaron a toda la comunidad.
Cabe destacar que los niños y niñas de las comunidades Bribri y Cabécar fueron los beneficiarios directos de este proyecto, al recibir espacios restaurados y materiales que contribuyen a su educación. La comunidad en general también se benefició de las donaciones adicionales de alimentos y ropa.
Para Aaron Navarro Pérez, de Ingeniería en Producción Industrial, el ser parte de Espíritu Talamanca fue un desafío significativo, que puso a prueba capacidades de organización y compromiso social.
“Como gerente del proyecto, puedo dar testimonio del esfuerzo de cada miembro del equipo. Fue una experiencia profundamente transformadora, llena de aprendizajes y de momentos difíciles, que nos enseñó el impacto real que podemos tener en comunidades que enfrentan desafíos considerables”, aseveró Navarro.
Finalmente, Navarro mencionó que este proyecto no solo les permitió aplicar sus habilidades en un contexto práctico, sino que también les recordó la importancia de aportar al bienestar de Costa Rica y de valorar aquellas cosas que, en muchos casos, se da por sentado.
Galería: Restauración de Centros Educativos
