Hámer Salazar, Biólogo. info@hamersalazar.com
La presencia cada vez más frecuente de cocodrilos (Crocodylus acutus) en playas, ríos, esteros y lagunas en Costa Rica ha despertado tanto admiración como preocupación. Mientras estos reptiles juegan un papel clave en los ecosistemas, los recientes ataques a perros y, en raras ocasiones, a humanos han encendido un debate nacional sobre cómo gestionar su control y conservación.
El caso más dramático ocurrió recientemente en playa Tortuga, en la península de Osa, cuando un cocodrilo atrapó a un perro, en un incidente que quedó registrado en video. Dos perros acosaban al reptil y, en su defensa, el cocodrilo capturó a uno, llevándoselo como presa. Este evento y otros similares han generado alarma tanto dentro como fuera del país, lo que podría afectar las actividades turísticas, ya que algunos visitantes ven a estos animales como una amenaza potencial.
El herpetólogo español César Barrio Amorós ha señalado la importancia de abordar este problema con base en la ciencia. Los cocodrilos, que se encuentran en la cima de la cadena alimenticia, juegan un rol fundamental en los ecosistemas. A menudo se piensa que sus poblaciones han crecido descontroladamente debido a la falta de depredadores naturales. Aunque los cocodrilos adultos enfrentan pocos depredadores, como jaguares y grandes tiburones, los huevos y crías son vulnerables a una mayor variedad de depredadores: aves rapaces, mamíferos como zorros y mapaches, peces, y otros reptiles, e incluso pueden ser devorados por cocodrilos adultos.
Estos reptiles tienen una función esencial en la regulación de las poblaciones de sus presas, como peces y mamíferos pequeños, lo que ayuda a mantener el equilibrio ecológico. Sin ellos, las poblaciones de estos animales podrían aumentar desproporcionadamente, afectando otras especies en la cadena alimenticia. Además, los cocodrilos contribuyen al reciclaje de nutrientes en los ecosistemas acuáticos, lo que es clave para la salud de los humedales y estuarios.
A nivel mundial, muchas especies de cocodrilos están en peligro debido a la caza furtiva, la pérdida de hábitat y la contaminación. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el Crocodylus acutus, que habita desde el sur de Florida hasta Perú, está catalogado como «vulnerable». Costa Rica alberga algunas de las mayores poblaciones de esta especie, siendo el río Tárcoles uno de los lugares con mayor concentración de cocodrilos en el país. Los cocodrilos del Tárcoles, además, generan ingresos significativos por la gran cantidad de turistas que visitan la zona para observarlos desde el puente o en tours en lancha.
En Costa Rica, los cocodrilos están protegidos por la Ley de Vida Silvestre, pero el crecimiento de zonas urbanas y turísticas ha incrementado los encuentros entre cocodrilos y humanos. La contaminación de ríos y la búsqueda de alimento y refugio también han provocado que estos reptiles se desplacen hacia nuevas áreas, lo que explica los avistamientos recientes en lugares como Tacares y El Achiote en Grecia, y Sarchí. Es posible que estos cocodrilos hayan llegado explorando aguas arriba, desde el Tárcoles, en ríos como el Grande de San Ramón, el Colorado, el Rosales y el Poás.
Ilustración de Oscar Venegas
Aunque están legalmente protegidos, los incidentes han generado propuestas drásticas como la caza de cocodrilos, lo que contraviene las leyes de conservación de la vida silvestre. Esto resalta la necesidad de realizar estudios de biología de poblaciones para determinar si existe un desbalance ecológico o una posible sobrepoblación en ciertas áreas.
Es vital que el sector académico realice estudios detallados, en conjunto con el Ministerio de Ambiente y Energía y con el apoyo de la cooperación internacional, para evaluar el estado de las poblaciones de cocodrilos. Estos estudios deberían incluir censos, monitoreo de comportamiento y análisis de su impacto en el ecosistema. La participación de la ciudadanía, a través de la “ciencia ciudadana”, podría ser crucial en la recolección de información mediante fotos, videos y datos de localización que complementen los estudios científicos.
Si los estudios concluyen que existe una sobrepoblación, se podrían implementar soluciones basadas en la ciencia. Entre las medidas posibles están la relocalización de cocodrilos hacia áreas más seguras o la creación de granjas sostenibles. Estas granjas, comunes en otros países, permiten el aprovechamiento de la piel y la carne de cocodrilo, generando ingresos sin afectar a las poblaciones silvestres. Esto también puede reducir la presión sobre las poblaciones naturales, disminuyendo el riesgo de caza furtiva.
Aunque quien escribe considera que la crianza de animales para beneficio humano puede esclavizar a la naturaleza, también es cierto que somos parte de ella y debemos hacer un uso consciente de los recursos naturales. Un manejo racional y sostenible de las granjas de cocodrilos podría beneficiar tanto a los ecosistemas como a las comunidades locales.
El Crocodylus acutus está incluido en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), que ya establece protocolos para el manejo y comercio sostenible de cocodrilos en granjas.
La cacería controlada podría ser una opción en caso de que los estudios demuestren una sobrepoblación, siempre bajo estrictos lineamientos y supervisión. Sin embargo, esta medida es difícil de implementar en Costa Rica, donde la caza está prohibida. La eutanasia, por otro lado, solo debería considerarse en casos excepcionales, cuando un cocodrilo representa un peligro inminente para la vida humana y no hay otra solución viable.
El conflicto entre la protección de los cocodrilos y la seguridad humana puede resolverse mediante un enfoque basado en la ciencia y la conservación. Los cocodrilos son esenciales para la salud de los ecosistemas acuáticos y su preservación es crucial tanto desde una perspectiva ecológica como económica. Con estudios poblacionales, granjas sostenibles y manejo controlado, es posible proteger tanto a las comunidades humanas como a estos magníficos reptiles, asegurando un equilibrio que favorezca a todos.