Señoras diputadas y señores diputados:
Quiero manifestarles mi agradecimiento por las muestras de afecto que por diferentes medios me hicieron llegar.
Mi gratitud especial va dirigida a la señora Vicepresidenta de esta Asamblea, doña Rosalía Brown, así como al resto de miembros del Directorio Legislativo por el compromiso y liderazgo demostrado en este periodo.
Ahora quisiera hacer una pequeña reflexión.
Aunque estuve ausente físicamente, siempre me mantuve al tanto de los principales acontecimientos de la Asamblea y de la situación del país.
Vivimos tiempos difíciles y todos sabemos la enorme complejidad de los retos que debemos superar como nación. En esta tarea el papel del parlamento es trascendental. Este es un foro político, donde se discrepan ideas, donde se defienden con vehemencia diversas propuestas y eso fortalece la democracia de nuestro país.
No obstante, en el contexto actual, noto con preocupación cómo se ha venido deteriorando el nivel del debate parlamentario. Soy consciente de que hoy soplan nuevos vientos políticos que pueden perturbar las relaciones entre todas y todos, como representantes del pueblo costarricense.
Sin embargo, quisiera hacerles un respetuoso llamado para que sepamos atemperar esas nuevas fuerzas que comienzan a incidir en el debate parlamentario y que las podamos abordar con la responsabilidad y serenidad que, estoy seguro, el pueblo costarricense espera de todos nosotros.
Los tiempos actuales nos exigen menos confrontación y más acuerdos, menos discrepancias y más voluntad de dialogo. Solo como un país unido seremos capaces de enfrentar los grandes desafíos que nos aquejan, como la inseguridad, el rezago educativo y la crisis en los servicios de salud.
Recordemos siempre que el verdadero progreso solo se alcanza con la disposición de buscar acuerdos para el beneficio del país. Ese es el norte que nos debe guiar. Se que con la voluntad de todos y todas podremos caminar en esa dirección.
Muchas gracias.