Imaginemos a un grupo de jóvenes en un descanso entre clases, reunidos en el patio del instituto o en la cafetería de la universidad. Entre risas y sorbos de café, intercambian opiniones sobre las últimas noticias de actualidad o sobre lo que vieron la noche anterior en la televisión. En unos tiempos en los que la información está al alcance de un clic, las nuevas generaciones son asediadas continuamente con datos, noticias y opiniones no siempre contrastadas y fiables.
Pero, ¿qué opinan realmente sobre los temas que les interesan? Nuestra investigación recoge la percepción compartida por 600 estudiantes andaluces de las ciudades de Málaga y Cádiz sobre asuntos de actualidad. En el estudio revelamos cuáles son sus preocupaciones y el grado de (des)conocimiento que manifiestan sobre cuestiones de trascendencia social.
Fotografía mental compartida según perfiles sociales
A través de una combinación de métodos cualitativos y cuantitativos, analizamos exhaustivamente las percepciones y las opiniones de los jóvenes estudiantes. Entre los asuntos tratados se encuentran los movimientos feministas, la inmigración, la violencia de género, el cambio climático, los movimientos animalistas y la educación sexual.
Pedíamos al alumnado que durante dos minutos escribiesen todas las palabras que relacionaran con, por ejemplo, “coronavirus”. Los listados parecían coincidir en términos como mascarilla, pandemia, enfermedad, etc. Sin embargo, cuando les proponíamos otros temas como la violencia de género o la inmigración, las respuestas eran más dispares.
Nuestra metodología, de base léxico-estadística, nos permite reconstruir la imagen mental compartida (o no) por distintos grupos sociales: hombres y mujeres, alumnos de niveles elementales y alumnos universitarios, estudiantes de centros públicos y centros privados, entre otros.
Esta estrategia de construcción de “prototipos perceptivos comunitarios” usa herramientas de análisis que proceden de áreas multidisciplinares como la lingüística cognitiva, la psicolingüística y la sociolingüística.
Más conciencia medioambiental y animal que social
Uno de los hallazgos más sorprendentes de nuestro estudio es la enorme conciencia medioambiental y animalista del alumnado. En las listas analizadas hemos encontrado palabras relacionadas con las causas y consecuencias del cambio climático, pero también otras que señalan a las posibles soluciones.
Este resultado, positivo en sí mismo, contrasta con la menor sensibilidad mostrada por el alumnado hacia asuntos que involucran a los derechos humanos. Aunque los reconocen como importantes, aparecen ciertas imágenes que podrían considerarse distorsionadas o, incluso, estigmatizadas.
En la imagen colectiva referida al feminismo, por ejemplo, se cuelan los términos feminazi, asco, loca o mentira y en la referida a los movimientos migratorios otros como delincuencia, ilegal o negro. Como muestra la siguiente imagen, el asunto de la violencia de género también presenta percepciones muy diferentes para hombres (mentira, denuncia falsa u opresión) y para mujeres (miedo, silencio, lucha o peligro).
Algo similar ocurre al analizar los términos obtenidos en el estímulo de educación sexual. Aunque la mayoría coincide al incluir en sus listas palabras como necesario, importante o conocimiento, las percepciones
de hombres y mujeres distan bastante. Los hombres tienden a relacionar este asunto con la pornografía y tabúes sexuales, mientras que las mujeres reflejan una mayor conciencia, vinculando este tema con métodos anticonceptivos y las necesarias relaciones afectivas.
¿Se encuentran las mismas respuestas en todos los niveles educativos analizados? Pues no. Los estudiantes de los niveles más elementales, ESO y Bachillerato, son quienes muestran más lagunas en sus percepciones. Sin embargo, cuando aumenta el nivel educativo, estas concepciones distorsionadas parecen moderarse.
Percepciones inmaduras y distorsionadas
Los resultados de nuestra investigación subrayan la existencia de áreas de percepción que podrían considerarse inmaduras o distorsionadas en relación con algunos de los temas tratados. Por eso, es muy importante intentar que los jóvenes adquieran desde muy pronto una visión crítica de la realidad social.
Es necesario que se les proporcione más formación especializada sobre educación sexual, pero también que se les informe adecuadamente sobre el fenómeno de la inmigración, la violencia de género y los movimientos feministas. Las carencias detectadas en esta investigación podrían conducir a conflictos derivados de prejuicios sociales si no se abordan adecuadamente.
El hecho de que los jóvenes tengan mucha sensibilidad hacia la crisis climática y los derechos de los animales será crucial para afrontar muchos desafíos en el futuro. Pero no podemos olvidar la trascendencia del respeto a los derechos humanos en la construcción de sociedades modernas, justas y avanzadas.
Llamada de atención
Las conclusiones nos invitan a abrir un debate sobre cómo abordar la (des)información y las percepciones distorsionadas que hemos encontrado para construir una sociedad más informada y reflexiva ante los desafíos contemporáneos.
Nuestro trabajo puede entenderse como una llamada de atención a la comunidad educativa, administrativa y política. Es deseable que se desarrollen programas formativos que, además de mantener activa la preocupación de las generaciones más jóvenes sobre asuntos medioambientales y relacionados con el bienestar animal, ayuden a reforzar la importancia de los derechos humanos, fomentando la formación de jóvenes más solidarios y sensibles a los problemas que afectan a grupos de personas socialmente vulnerables.
En última instancia, esta investigación no solo constata las preocupaciones actuales del alumnado analizado, sino que también brinda una oportunidad para diseñar un futuro donde los retos relacionados con el medioambiente, el animalismo y los derechos humanos se aborden con similar intensidad y compromiso, garantizando la construcción de sociedades más justas, (in)formadas y respetuosas.
Antonio Manuel Ávila Muñoz recibe fondos de Junta de Andalucía.
Alba Segura Lores recibe fondos de Junta de Andalucía.