Luis Paulino Vargas Solís, Economista, investigador independiente jubilado.
Según fuentes bien informadas, muy cercanas a la ministra de la Presidencia, Laura Fernández, y al presidente Chaves, Casa Presidencial ha contratado a una influyente agencia trasnacional de publicidad, con operaciones en 99 países alrededor del mundo, a fin de confeccionar un nuevo logo que represente al exitoso gobierno del señor Chaves, y que sintetice los grandes logros de su brillante gestión. Afortunadamente esta contratación no costará ni un cinco a los costarricenses, ni representará cargo alguno sobre las arcas públicas, ya que amigos cercanos del señor presidente –gente de mucho billete y de corazón noble y desprendido- se han encargado de sufragar el gasto, lo que, de paso, les garantiza el apoyo incondicional del señor presidente, para sus innovadores proyectos empresariales, sean estos relacionados con el sacrificado negocio de la importación del arroz o el igualmente difícil trajinar de los puertos. No se excluye del agradecimiento presidencial, aquellos emprendimientos que, con singular entusiasmo, se dedican a voltear el bosque tropical de Costa Rica.
Todavía no hay una decisión definitiva, pero se están realizando profundos y meticulosos estudios de mercado, como, asimismo, se está consultando a personalidades de gran experticia y sabiduría, a fin de acertar en un logo óptimo, como corresponde al elevado desempeño y la sublime e inmarcesible excelencia del gobierno de don Rodrigo. El proceso está siendo personalmente supervisado por la diputada Pilar Cisneros quien, como bien se conoce, fue una exitosísima periodista que ocupó importantes posiciones en La Nación y Telenoticias, en aquellos hermosos y bucólicos tiempos, cuando todavía esos medios no habían pasado a ser “prensa canalla”.
Un elemento gráfico que fue considerado fue el jaguar, pero los expertos consultados coincidieron que no era buena idea utilizar la imagen del majestuoso felino, rey de los bosques tropicales costarricenses, ya que todo parece indicar que la llamada “ley jaguar” está condenada a irse por el retrete, lo que hace desaconsejable recurrir a tan fracasada propuesta.
Desechado que fuere el jaguar, cinco imágenes muy poderosas y simbólicas están bajo estudio.
La primera es la de un puente Bailey (mejor conocido como “puente beili”), en vista del éxito glamoroso que esta administración ha tenido en todo lo que es poner, aquí y allá y por doquier, elegantes, esbeltos y estilizados, resistentes y muy prácticos “puentes beili”.
Un segundo concepto en estudio es el de la carpa, que, como sabemos, es la más reciente y avanzada innovación en materia de tecnología carcelaria, algo que ya ha levantado una ola de admiración a nivel mundial, y está provocando que diversos países –desde Alemania y Suiza en Europa a Japón y Corea del Sur en Asia, pasando por la Argentina de Milei y El Salvador de Bukele- estén enviando delegaciones en procurarse de adentrarse en los sofisticados intríngulis de tan revolucionaria tecnología.
La tercera posibilidad es un hacha, o, alternativamente, una motosierra, como símbolo del firme compromiso ambiental de este gobierno, y su tenaz defensa de nuestros bosques, humedales y, en general, de nuestra biodiversidad, tal cual recientemente ha podido comprobarse en Gandoca-Manzanillo, donde, como es de público conocimiento, el ministro Tattembach ha sentenciado, con singular arrojo y heroísmo, que primero deberán pasar sobre su cadáver antes que permitir que corten un solo árbol.
También se ha propuesto utilizar un chorizo, como testimonio del compromiso ético y el vigoroso combate contra la corrupción que caracterizan a don Rodrigo y a su gabinete ministerial, aunque hay cierto debate sobre el particular, ya que algunas personas aducen que convendría recurrir a una variedad de embutidos -salchichas y salchichón incluidos, además de chorizo- a fin de mejor representar la idea.
La quinta propuesta en consideración, propone la imagen de una blanca paloma de castilla, como símbolo del amor, la paz, el cariño y la ternura que cada miércoles reparte el señor presidente desde Zapote, con motivo de sus siempre espirituales, místicas y relajantes comparecencias de los miércoles. Sin embargo, también en este caso hay cierta controversia, ya que no falta quienes consideren que una cucharada de miel de abeja podría ser un símbolo más apropiado, el cual tendría la virtud de atraer la atención sobre la dulzura de carácter del señor presidente.
A mí me cuesta muchísimo decidir sobre ninguna de estas espléndidas, realmente fabulosas y fascinantes, propuestas. Y usted ¿cuál cree sería la mejor opción?