Da gusto pasear por la costa en las noches de luna llena, sobre todo si uno está de vacaciones. Y lo del baño en la playa tampoco está nada mal. Pero ojo en esos días: el pez araña acecha.
Mitos y mareas
¿Y que tiene que ver el plenilunio con el pez? ¿No era únicamente cosa del hombre lobo? Bueno, la Luna no es solo asunto de licántropos, también le atribuimos paparruchadas tan tontas como su influencia en el crecimiento de las plantas.
Tampoco en las noches de luna llena hay un caos en las maternidades de los hospitales, ya que no nacen más niños, ni los perros muerden más, ni hay más animales enfermos. Este tipo de creencias son sólo cosas… de lunáticos.
Sin embargo, la Luna sí tiene influencia en uno de los fenómenos más sorprendentes de la naturaleza: las mareas. Quizá no reparamos en ellas porque ocurren todos los días desde hace milenios, pero no deja de maravillarnos que lo que estaba a la vista hace algo más de seis horas, en la marea baja, aparezca totalmente inundado con la marea alta.
En el océano Atlántico observamos cada día dos mareas altas (o dos mareas bajas) separadas entre sí por un periodo de algo más de 12 horas; 12 horas y 25 minutos, para ser exactos. Cuando la Tierra, la Luna y el Sol se encuentran alineados, esos momentos que identificamos con la luna llena y la luna nueva, se producen las mareas vivas. En esos días se da la mayor diferencia en altura entre el nivel del mar en marea alta y marea baja, lo que se conoce como amplitud de la marea.
En las costas españolas, la máxima amplitud no suele exceder de los 4 metros; es como si en 6 horas se inundara nuestra casa desde el suelo al techo, para vaciarse en las 6 horas siguientes. En las mareas muertas, coincidente con los cuartos creciente y menguante del ciclo lunar, el nivel del mar ni baja ni sube tanto, con amplitudes de marea de aproximadamente un metro.
Este es un esquema general para cada mes. A lo largo del año, las mareas de mayor amplitud se dan en los equinoccios. Seguramente recordará lo baja que estaba la marea durante algunas vacaciones de Semana Santa, que se fija con la primera luna llena tras el equinoccio de primavera, alrededor del 21 de marzo. Ninguna Semana Santa empieza antes y ninguna se retrasa más allá del 25 de abril, porque las fechas las marca ese primer plenilunio de primavera.
En un puerto se puede observar cómo van apareciendo los peldaños de las escaleras a medida que baja la marea. En las playas, con una suave pendiente, podemos recorrer centenares de metros desde nuestra sombrilla, en la arena seca, hasta la línea de bajamar, donde entramos al agua.
Marea baja en la playa
Cuando tenga que recorrer una larga distancia en la playa para darse un baño, recuerde lo que dijimos al principio: el pez araña acecha. Nos estamos adentrando en su hábitat.
Podemos evitar la picadura con un calzado de agua adecuado, con una suela de al menos un centímetro de grosor. En Galicia son populares las sandalias de plástico, llamadas fanequeiras por el nombre común que recibe este pez –faneca brava–, aunque al pececillo venenoso también se le conoce como salvariego o ariego.
Si se olvidó de las zapatillas, andar arrastrando los pies puede servir como alternativa. Pero en cuanto pueda, nade.
La mayor parte de las picaduras por peces en las playas se deben a Echiichthys vipera, un pequeño animal –de unos 15 cm de longitud– que se entierra en la arena. A la que recibe un pisotón, extiende su negra aleta dorsal, clavándonos sus espinas venenosas en la planta del pie.
La picadura: qué hacer
Si nota el pinchazo, tranquilo: normalmente no tiene más consecuencias que la molestia. El dolor inicial es intenso, amortiguándose con las horas, aunque puede durar varios días.
El veneno, llamado traquinina, es termolábil, es decir, sensible al calor. Lo mejor que puede hacer es meter el pie en agua caliente, alrededor de unos 40 ºC unos 20 minutos: en esto, el chiringuito de la playa puede ser un buen aliado. Pero no lo ponga en agua hirviendo; no se trata de que le tengan que llevar a la unidad de quemados. A falta de agua, la arena caliente puede ayudar.
Si tiene a mano un puesto de socorrista le pueden administrar un analgésico que le ayude a mitigar el dolor. Es raro que tenga alguna espina clavada, siendo conveniente, en todo caso, lavar y desinfectar la herida.
Esté atento a la aparición de otros síntomas poco frecuentes (perdida de conocimiento, fiebre, nauseas, vómitos, insuficiencia respiratoria…) que aconsejarían acudir al médico. Conviene prevenir, ya que hay algunos casos muy raros, más graves, donde se produce necrosamiento de los tejidos e incluso gangrena.
Las arañas marinas más venenosas
La familia de peces de las arañas de mar, los traquínidos (Trachinidae), incluye otras especies en nuestra fauna que, aunque no lo crea, son muy apreciadas por su carne. Son las especies del género Trachinus (T. draco y T. radiatus).
Son de mayor tamaño… y mucho más peligrosas, especialmente para los pescadores y para los buceadores que se acercan a ellas. Las picaduras resultan mucho más dolorosas y requieren un tratamiento inmediato.
Mucho cuidado con ellas, porque pueden ser mortales. En España se ha documentado el fallecimiento de un chico de 18 años en Mallorca, y las informaciones periodísticas también le atribuyen la muerte de otro de 16 en la playa de Aro (Girona)
Así que recuerde, si ve la luna llena (o no ve ninguna porque es luna nueva), cuidado con el baño en marea baja. En todo caso, la estadística juega a su favor: lo más probable que disfrute de un magnifico día de playa sin ninguna complicación.
Juan Junoy no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.