La financiación de la investigación por proyecto no tiene ningún impacto diferencial, en comparación con la financiación institucional tradicional, en cuanto a la producción de artículos académicos altamente citados, ni tampoco un efecto claro sobre la cantidad de publicaciones.
Es la conclusión a la que ha llegado un estudio liderado por la Universidad de Sevilla. El análisis se basa en datos de 10 países y 148 universidades europeas con un claro enfoque en la investigación entre 2011 y 2019. Hemos considerado la financiación institucional y por proyecto tanto a nivel nacional como a nivel de universidades y analizado su efecto sobre la cantidad y la calidad de las publicaciones.
En ninguno de los niveles aparece un efecto diferenciador entre los dos tipos de financiación.
Fuerte aumento de la financiación por proyecto
Los resultados contrastan con el fuerte aumento de la financiación de la investigación por proyecto desde los años 1980 en la gran mayoría de los países europeos.
La principal justificación de esta evolución se fundamenta en el supuesto, por parte de los ministerios y agencias de financiación, de que la financiación de la investigación por proyectos supone una mejora del rendimiento académico debido a su naturaleza fundamentalmente competitiva.
Bajo esta modalidad, se financia a un grupo o un individuo para llevar a cabo una actividad de investigación definida generalmente sobre la base de una propuesta que describe las actividades a realizar.
La selección de estas propuestas se sustenta en un proceso competitivo en el cual las agencias públicas deciden financiar en función de una evaluación de calidad y apoyándose en un conjunto de criterios acordados.
En cambio, la financiación institucional se define como la financiación de instituciones sin selección directa de proyectos que deben llevarse a cabo. Bajo este modelo, la institución receptora (y no la organización que financia) tiene discreción sobre los proyectos que deben llevarse a cabo.
Los argumentos en pro y contra la competición
La financiación por proyecto se defiende en base a tres argumentos fundamentales:
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mejora el rendimiento académico;
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debería llevar a la selección de los mejores investigadores a través de una evaluación estandarizada de proyectos;
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incentiva temas específicos de investigación de interés para las organizaciones financiadoras
públicas o privadas y aumenta el impacto socioeconómico de la investigación.
Las llamadas a concurso incentivarían a los investigadores para proponer proyectos de alta calidad ya que mejorarían su reputación.
Otro argumento señala que la financiación por proyecto llevaría a investigaciones de más corto plazo, más aplicadas y menos arriesgadas que la financiación institucional, que fomentaría una ciencia más exploratoria.
Una explicación para aumentar la proporción de financiación por proyecto es que, mientras que la investigación exploratoria podría ser percibida por los comités de evaluación como con menos probabilidades de producir resultados tangibles, los proyectos más aplicados ofrecerían más garantías y, por lo tanto, serían más convincentes a la hora de decidir si proporcionar o no financiación para la investigación.
El análisis produce resultados ambiguos
En contraste con el aumento de la financiación por proyecto a lo largo de las últimas décadas, la evidencia empírica disponible sobre el efecto de esta modalidad en el rendimiento de la investigación ha sido hasta ahora inconcluyente.
Mientras que algunos estudios encuentran un impacto positivo de la financiación de proyectos en la producción de investigación, otros no hallan una conexión directa entre este tipo de incentivos financieros y la producción científica.
Un estudio más reciente resalta una relación negativa entre la financiación de proyectos y el rendimiento científico.
Además, la mayoría de estos estudios citados se enfocan en un solo nivel (nacional o universitario) y utilizan indicadores diferentes para medir el rendimiento académico (suelen medir o bien la cantidad o bien el número de citas).
Nuestros resultados
El estudio realizado en la Universidad de Sevilla integra las diferentes perspectivas para proponer un análisis multinivel (nacional y universitario) y analiza tanto la cantidad de publicaciones como los artículos más citados como medidas de la producción académica.
Los resultados confirman que la única variable que tiene un impacto positivo tanto sobre la cantidad como la calidad de las publicaciones es el importe de los presupuestos dedicados a la investigación.
En cambio, ni la modalidad de financiación por proyecto ni la modalidad institucional impactan sobre el rendimiento académico.
Los datos analizados entre 2011 y 2019 también ilustran que durante esta década y en contraste con los 30 años anteriores, las proporciones de financiación institucional y por proyecto de la investigación se han estabilizado en la mayoría de los países europeos.
Después de décadas de aumento, es posible que los niveles de financiamiento de proyectos y financiamiento institucional hayan alcanzado un equilibrio relativamente estable en el que el financiamiento institucional proporciona niveles aceptables de estabilidad dentro de los sistemas nacionales, mientras que el financiamiento de proyectos brinda la flexibilidad necesaria.
Mientras la financiación institucional permite la realización de investigaciones de largo plazo, la modalidad por proyecto permite a su vez a los Estados orientar la investigación hacía prioridades nacionales.
Ambos mecanismos son necesarios, pero ninguno garantiza la mejora de la ciencia.
Thomas Zacharewicz desarrolla su labor investigadora en economía del conocimiento en la Universidad de Sevilla gracias a los fondos Unión Europea Next Generation EU articulados a través de la convocatoria María Zambrano (Real Decreto 289/2021, de 20 de abril).