El tabaco mata. Lo sabemos, entre otras cosas, porque lo pone en las cajetillas. Sabemos que “9 de cada 10 cánceres de pulmón están provocados por el tabaco”, que “fumar provoca infartos” y también que “fumar puede matar al hijo que esperas”. Pero de lo que no nos advierten las cajetillas es de que fumar durante el embarazo también reduce la duración de la lactancia materna.
La lactancia materna posee múltiples beneficios, siendo los más inmediatos los que se relacionan con la salud del bebé. Pero, además, tiene efectos positivos en el desarrollo intelectual y en la prevención de enfermedades crónicas en la edad adulta.
Debido a esto, los bebés de madres fumadoras se exponen a un doble riesgo: el propio de los efectos del tabaco durante el desarrollo del feto y, posteriormente, el asociado a lactancias más cortas.
La importancia del tabaco en el inicio de lactancia
Dada la fuerte asociación entre fumar en el embarazo y el descenso de las tasas de lactancia materna, decidimos investigar este fenómeno en profundidad. En un estudio en el que participaron 401 mujeres que tenían intención de amamantar se recogió información desde el embarazo hasta el primer año de vida del bebé. Esto es lo que nos encontramos en relación al tabaco durante el embarazo:
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Las mujeres que fumaron durante el embarazo dieron menos lactancia que las que no fumaron. La diferencia más notable entre ambos grupos la observamos en la primera semana y el primer mes tras el nacimiento, pero al año esta diferencia había desaparecido.
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Las mujeres que fumaban en el momento en el que se quedaron embarazadas y dejaron de fumar durante el embarazo disfrutaron de lactancias más prolongadas, mucho más incluso que las de aquellas que no habían fumado nunca.
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Además, las mujeres que fumaron durante el embarazo utilizaron con más frecuencia tetinas y chupetes en la primera semana de vida del bebé, y también introdujeron de forma más precoz la leche de fórmula.
Este último punto es importante dado que, para que la lactancia materna se inicie, es indispensable que el bebé mame y estimule el pezón repetidamente nada más nacer. La succión continuada provoca la secreción de dos hormonas: la prolactina, que estimula la producción de leche, y la oxitocina, que permite que salga al exterior. De ahí que la tendencia a introducir precozmente leche de fórmula y a usar chupetes en los primeros días tras el nacimiento pueda suponer un obstáculo para la lactancia.
A esto se le suma que la nicotina y otros componentes del tabaco podrían afectar directamente a este proceso debido a su posible influencia sobre las hormonas que dirigen la lactogénesis.
Cómo promover la lactancia en madres fumadoras
Los datos recabados sugieren que fumar durante el embarazo influye sobre la lactancia materna de un modo bastante complejo. Factores de tipo fisiológico podrían afectar al establecimiento de la lactancia materna, pero también habría que considerar factores psicosociales como la motivación, y las costumbres y prácticas relacionadas con la crianza.
Lo que está claro es que dejar de fumar en el embarazo conlleva matices diferentes a dejarlo en otros contextos. Por eso, para que las estrategias de promoción de la lactancia en mujeres fumadoras tengan éxito, es imprescindible tener en cuenta las circunstancias concretas que rodean a cada mujer en esta etapa.
Un aspecto importante a considerar sería la limitada disponibilidad de fármacos autorizados para dejar de fumar durante el embarazo. También estaría presente el fuerte componente motivacional relacionado con la salud del bebé, que podría ser clave en el éxito de la deshabituación tabáquica.
Por otro lado, cuando no es posible dejar de fumar, es necesario atender correctamente las dudas que a menudo surgen sobre fumar durante la lactancia materna, sin olvidar también aspectos psicológicos como la ansiedad y la culpa que pueden sufrir estas mujeres.
Para terminar, basándonos en las conclusiones de este estudio, desde nuestro grupo de investigación proponemos las siguientes intervenciones específicas en relación al tabaco y la lactancia:
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Implementar estrategias para dejar de fumar especialmente dirigidas a mujeres en edad reproductiva que tengan intención de ser madres y a sus parejas. Sería interesante poner el foco en mujeres jóvenes con menor nivel de estudios ya que son las que tienen las tasas más altas de tabaquismo y, a la vez, las más bajas de lactancia materna. E iniciar la deshabituación previamente al embarazo.
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Diseñar protocolos de apoyo a la lactancia específicos para madres fumadoras que quieren amamantar. Estos protocolos deberían ayudar a evitar el uso precoz de tetinas y chupetes y la introducción de la fórmula, ya que son prácticas asociadas a un menor éxito de la lactancia.
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Apoyar a las mujeres fumadoras informando de los beneficios de la lactancia materna. Destacar que, siempre que sea posible, es preferible la leche materna frente a la leche de fórmula, aún más, si cabe, en el caso de que la madre fume.
No hay duda de que el esfuerzo para mejorar la salud desde el nacimiento, y hasta la edad adulta, pasa por aumentar las tasas de lactancia materna. Para ello se hace necesario atender la compleja relación que existe entre el tabaco y la lactancia.
La UPV/EHU ha financiado los gastos asociados a la publicación en acceso abierto del artículo en la revista ‘Journal of Neonatal Nursing’ en el que se han presentado los resultados que aparecen en este texto.
Gloria Gutiérrez de Terán Moreno recibe fondos de Osakidetza/Servicio Vasco de Salud para a realización de este trabajo. Expediente OSI BB 18/024
Ainhoa Fernández Atutxa, Begoña Sanz Echevarría, Estitxu Benito-Fernández, Fátima Ruiz-Litago, María Jesús Mulas Martín, Ruben Montero Matia et Usue Ariz López de Castro ne travaillent pas, ne conseillent pas, ne possèdent pas de parts, ne reçoivent pas de fonds d’une organisation qui pourrait tirer profit de cet article, et n’ont déclaré aucune autre affiliation que leur poste universitaire.