Luis Paulino Vargas Solís
La señora Suci Wing Ching, presidenta ejecutiva de JAPDEVA, está siendo denunciada ante el Juzgado de Trabajo. Los cargos, según se describen en una nota en Universidad, pintan un escenario tormentoso: sin noción alguna de los límites que la decencia y el respeto recomiendan, la señora agrede, humilla e injuria al personal.
Las descripciones que se ofrecen, recuerdan la infame campaña que Chaves y Cisneros han desatado contra eso que, de forma imprecisa y arbitraria, han querido designar como “mandos medios”. Lo que esta señora vocifera, cuando atropella violentamente al personal, claramente está inspirado en esa “idea”.
Pero también es la fórmula canallesca a la que apeló Amador, ministro de Transportes, para describir su estilo “gerencial”: chilillo, garrote y chuzo eléctrico.
En ese escabroso relato acerca de los estropicios laborales de Wing Ching, igualmente hay elementos que sugieren que la señora trasmite hacia el personal subalterno, presiones que le vienen de más arriba, o sea, del propio presidente.
Calza con el mismo patrón, lo acaecido en una sesión de junta directiva del INCOFER, según se desprende de cierto audio que ha circulado en estos días, cuando el presidente ejecutivo de esa institución, abiertamente irrespetó a miembros de la Junta Directiva, impidiéndoles expresar su punto de vista. Que si así actúa el hombre con sus pares directivos ¿cómo podría ser con el personal subalterno?
Es todo un estilo de gobierno, que se resume en una frase: sembrar vientos…