La historia de Cuadernos Rubio va ligada a la vocación del empleado de banca Ramón Rubio (1924–2001), procedente de Geldo (Castellón), que descubrió que su verdadero interés se encontraba en el gusto por enseñar a los demás.
Así, a los 25 años creó la Academia Rubio, en Valencia, por la que pasaron más de 3 500 alumnos, sobre todo opositores que deseaban optar a un puesto de contable en la banca o en una empresa.
Fue precisamente en esta academia donde se originan los primeros Cuadernos Rubio. Para ahorrarse el tiempo que dedicaba cada día a escribir los ejercicios en la pizarra, creó unas fichas que fueron el germen de los cuadernos y, más adelante, elaboró también fichas de caligrafía.
Estas fichas se reorganizaron y se presentaron en forma de cuadernillos. Surgían así, en 1956, los famosos cuadernillos Rubio que, en sus comienzos, el propio Ramón imprimiría en su casa de forma completamente artesanal. A partir de 1959, aparecen como impresos por Ediciones Técnicas Rubio, empresa creada por él mismo que se ha hecho cargo de la publicación de los cuadernillos hasta nuestros días.
“Él lo hacía todo: se inventaba las frases y dibujaba los ejercicios, y luego un delineante los pasaba a limpio. De ahí, a la imprenta”, recuerda su hijo Enrique en una entrevista reciente.
Complemento a la escuela
Pronto vio que podían usarse como complemento a la enseñanza escolar, pues sus contenidos se referían a la educación primaria. Ramón Rubio los ofertó a centros educativos de ese nivel, como se afirma en la contraportada de los cuadernos de 1977:
“Su uso sistemático complementa y potencia las enseñanzas impartidas en los centros, habituándolos a soluciones razonadas que se reflejarán favorablemente en las evaluaciones”.
Son ejercicios para hacer en casa y durante las vacaciones. Su sencillez y la facilidad de acceso a los mismos (se venden en tiendas de papelería) ha contribuido a su popularización.
Un clásico para la generación de los 50
En los recuerdos escolares de las personas nacidas a partir de 1950 suelen aparecer estos cuadernos de aritmética o de caligrafía, asociados a las tareas escolares, al interés de los padres por la mejora de la caligrafía y el dominio de las operaciones aritméticas de sus hijos y a las tareas de vacaciones.
En los años setenta y ochenta Cuadernos Rubio llegó a vender hasta diez millones de ejemplares anuales. Por muy poco dinero –1,5 pesetas en 1960, 22 en el año 1982–, era posible adquirir en las papelerías unas libretas llenas de ejercicios para entrenar a los menores. Hasta 1980, Ediciones Técnicas Rubio casi tenía la exclusiva del mercado.
Los Cuadernos Rubio de aritmética
La colección de cuadernos de aritmética consta, desde su inicio en 1959, de 25 cuadernos. A lo largo de los 60 años desde su aparición, se han diferenciado seis épocas en el diseño de los mismos.
Los doce primeros cuadernos están dedicados al aprendizaje de los algoritmos de las operaciones aritméticas elementales.
Los trece cuadernos restantes, (7 al 19), incluyen la resolución de problemas aritméticos y tienen una estructura diferente en la primera edición de 1959 y en las restantes, publicadas a partir de 1978.
En la primera edición, los cuadernos estaban divididos en “ejercicios”, cada uno de los cuales se presentaba como el trabajo que se debía realizar un día laborable, y constaba de operaciones y problemas.
En 1978 se cambió la orientación de estos cuadernos, centrándolos en la resolución de problemas “sencillos, variados y graduados”, y organizados teniendo en cuenta el ámbito numérico y las operaciones que se podían utilizar en la resolución.
Aparición de la EGB
En los años 70 del siglo XX, cambió la estructura del sistema educativo español, unificando los ocho primeros niveles educativos obligatorios en una única etapa: la Educación General Básica (EGB). Por ello, en la segunda época de los Cuadernos Rubio de Aritmética (1977 para los cuadernos de operaciones y 1978 para los de problemas) se advierte de que están “orientados a la E.G.B.”.
En esta época se introdujeron ilustraciones. Las imágenes se reutilizaban, se recortaban, se reorganizaban.
En ocasiones, con una misma imagen, la parte verbal planteaba problemas diferentes.
¿Cada vez más fáciles?
A lo largo de los 60 años estudiados se observa la disminución tanto en número como en dificultad de las operaciones aritméticas planteadas.
Este fenómeno puede relacionarse con la disminución de la importancia concedida socialmente a los cálculos aritméticos, sobre todo tras la popularización de las calculadoras y los ordenadores.
También aumentaron las ilustraciones, realizadas con mayor cuidado para hacer los cuadernos más atractivos y competitivos; las razones de los cambios fueron más de tipo comercial que didáctico.
Cambio del sistema monetario e ilustraciones más cuidadas
Los cambios a lo largo del tiempo en los cuadernos de problemas Rubio se han debido, fundamentalmente, al cambio en el sistema monetario en España (2002) y a la modificación de las ilustraciones.
Cuando en 2002 se pasó de la peseta al euro como unidad monetaria, los cuadernos Rubio se adaptaron a esta nueva situación introduciendo los mínimos cambios posibles: sustituir la palabra “pesetas” por “euros” o por “céntimos” y, a veces, cambiar las cantidades para hacerlas más realistas.
El cambio en los cuadernos en la época 4 afectó, sobre todo, al diseño. Cambiaron las ilustraciones, pero también se modernizó la redacción de algunos problemas adecuándola a los valores que querían transmitirse al alumnado; pero el tipo de problema, los números que intervenían y la operación que lo resolvía era la misma.
Mayor peso de la ilustración y los gráficos
En la época 6 (a partir de 2010, aproximadamente), cambió el diseño, con ilustraciones en color, pero se redujo el 25% de los problemas planteados por eliminación de problemas verbales, aumentando de esa forma el peso de los problemas gráficos.
Actualmente se encuentran en los comercios cuadernos Rubio de las épocas 3 a la 6, es decir, de los publicados desde 1990 hasta la actualidad, a un precio aproximado de un euro.
La mayoría de los comerciantes no suelen ser conscientes de las diferencias entre los cuadernos de las distintas épocas; para ellos, a pesar de las
diferencias de diseño, ilustraciones e, incluso, contenido en el caso de los cuadernos de la época 6, simplemente, son el cuaderno Rubio número X.
Han pasado muchos años desde las fichas de ejercicios, creadas por Ramón Rubio para su academia, y los cuadernos Rubio de 1959; ha cambiado la sociedad española y la legislación educativa (varias veces), y la empresa iniciada por Ramón Rubio ha evolucionado para adaptarse a esos cambios; pero las papelerías de pueblos y barrios siguen ofreciendo los cuadernos Rubio de aritmética que recogen las operaciones y problemas que había planteado su fundador.
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