Arabella Salaverry, Escritora, actriz y gestora cultural.
Iniciamos esta conversación con la lectura de un poema de mi autoría, que servirá como punto de partida para la reflexión sobre el tema que nos ocupa, Se titula:
Prácticas obscenas
No es de pañales de seda
ni de sábanas blancas
ni encajes
ni esperanza.
No
Esos no son los temas
de este manojo de palabras:
Hablo de la maternidad como tortura
hablo de agujas que irrumpen
en tu piel desprevenida
hablo de torniquetes
de sueros para inducir el parto
de retortijón
de miedo.
Hablo de tajos
en la cuna del deseo.
De ríos de sangre
que van alimentando
el paso de la noche
Y es en su olor
en donde se resume la soledad
con la que nos asalta la aurora.
Ese estar ante tu cuerpo expuesto
un amasijo de dolor y miedo
ajena aún al hijo que pariste.
¿Quién repara el daño
De esta práctica obscena?
Del libro Breviario del Deseo esquivo.
Cuando se nos propuso a conversar sobre bioética, nos recorrió algo parecido a un escalofrío. Habíamos oído hablar del término, nos parecía muy “decidor” desde su etimología, (a propósito, un ejercicio que disfrutamos, buscar la etimología de las palabras Bios_ vida, Ethos, etica…) ¿una ética de la vida? Bien. Muy interesante…Pero por supuesto no suficiente. ¿Nos comprometíamos o no a participar?. Era un reto. Tendríamos leer, entender un poco, -o bastante – los alcances de esta disciplina y su ligazón con nuestro quehacer en el campo de las artes. Y buscando y rebuscando, nos enteramos de que no es para nada nueva. Que nace al inicio de la década de los setentas, en norteamérica, es decir, ya es cuarentona pasada y que una vez traspuestas las barreras idiomáticas, se posiciona en primera instancia como un mecanismo para tratar los problemas normativos de la biomedicina. Pero que no se queda allí. Desde el momento en que se define la bioético como: “la ciencia que se ocupa de estudiar y analizar a la luz de la razón, la parte ética, filosófica, legal y médica de todos los actos que tienen que ver con la vida”.
Ahora, una disciplina cuyo nombre nace de la lengua griega, amalgamando conceptos tan importantes como Bios, -vida y ethiké, da para pensar, y mucho. El primer concepto es claro: la vida. Aunque también conlleva matices: se refiere primordialmente a la vida humana. El segundo, la ética, nos presenta un panorama más complicado. Y por ello me permitiré extenderme un poco más para aclarar el concepto y su uso.
La Dra Llliana Duarte, en un artículo denominado Bioética y Literatura, nos enuncia lo siguiente respecto a la ética:
La ética se interesa por las obligaciones morales, la responsabilidad y la justicia social. La palabra deriva de los términos griegos “ethikos” y “ethos” que significan uso o costumbre. Según Aristóteles, el término incluye la idea de carácter y disposición. Así, la ética refleja el carácter del individuo y, más contemporáneo quizás, el carácter de la organización, que es un grupo de individuos. Hay muchas formas de definir la ética. Se considera que a través del estudio de la ética la persona entiende y se guía según lo que está bien o mal moralmente. Aun así, la controversia se mantiene debido a las diferencias de valores y perspectivas. Lo que puede ser éticamente bueno para una persona, puede ser malo para otra. Debido a esto, la sociedad tiende a definir a la ética en términos de comportamiento. Por ejemplo, una persona es considerada ética cuando procede de acuerdo con renombrados principios morales basados en ideales tales como rectitud, justicia y verdad. ¿Será entonces la ética un cuerpo de principios que gobiernan la conducta individual y colectiva? Estos principios gobiernan la conducta tanto en los niveles individuales como en los sociales, pueden estar basados en valores, cultura, religión e, inclusive, legislación. Los estándares éticos, en consecuencia pueden cambiar, o al menos ser influidos por los cambios legislativos o los cambios en los valores sociales. A partir del momento en que es posible que los estándares éticos cambien, alguien puede preguntar por qué la sociedad opera desde la ética. La respuesta no es tan simple. La ética es un elemento esencial de éxito en los niveles individuales y organizacionales. En la sociedad, valoramos la libertad personal. Sin embargo, si, en ejercicio de nuestra libertad, comprometemos nuestra ética, dañamos a esa sociedad. ….. De modo que la ética constituye el fundamento de la clase de persona que somos y de la clase de organización que representamos.. Aplicada a la salud o a la atención de ella, se la denomina Bioética. Sus principios derivan de la anterior y con la misma relevancia e importancia pues redunda en el individuo y en la sociedad. De allí que también se hable de una ética social y una bioética social.
Bueno, esto es casi una disgresión. Una disgresión necesaria para que podamos entender a cabalidad de qué estamos hablando cuando nos referimos a bioética, y los enormes alcances que ya desde su etimología propone.
Aunque en sus inicios el término se usó casi exclusivamente para normar la relación entre la vida humana y la medicina y la ciencia, como se ha señalado, vemos cómo el concepto se ha ido dimensionando hacia mayores alcances. Todo lo que afecte a la vida, especialmente la humana, puede ser objeto de estudio, reflexión y normativa desde la bioética. Ya el creador del término nos decía: “la conjunción de BIOS y ETHIKÉ, de ciencia y conciencia, de técnica y moral, de las dos culturas, la humanística y la científica, es el salvoconducto de la humanidad hacia el siglo XXI.” Potter Van Rensselaer Potter II
Cuando aparece el término Bioética en los años setentas, en los Estados Unidos, como ya dijimos, tiene una acepción limitada, que luego va tomando vuelo especialmente en Europa y Latinoamérica, transformándose en una mucho más amplia, hasta la Bioética de Intervención, definida por Dr. Volnei Garrafa y que propone la UNESCO; misma que conlleva la inclusión social en su contexto. La Bioética de Intervención es una propuesta conceptual que utiliza referenciales como empoderamiento, liberación y emancipación, entre otros, para una politización mayor de la macro-agenda bioética internacional en la búsqueda de más inclusión social. Desde esa macro agenda es que proponemos esta breve reflexión.
Desde el momento en que mencionamos la parte ética y filosófica, abrimos un puerta muy grande, en donde caben prácticamente todas las acciones del ser humano. Nuestras actividades, nuestra manera de concebir el mundo, de relacionarnos con nuestro entorno, de relacionarnos con nuestros semejantes, están no solo permeadas sino también sustentadas en nuestros conceptos éticos y filosóficos, ya sea de manera implícita o explícita, ya sea aquellos que hemos elaborado desde nuestro corpus personal de pensamiento, o los que han surgido desde los principios de la estructura social en la que vivimos o desde nuestra oposición a los mismos.
Y si nos dedicamos a analizar la literatura, (en tanto expresión del arte), en toda su extensión, a partir de sus valores semánticos, ya sea desde la denuncia o desde la mera exposición de situaciones que atañen al ser humano, sean estas dolorosas o felices, encontramos que parten de una postura ética con respecto a la vida, y funcionarán ya sea por presencia como por omisión.
Al inicio de esta conversación compartí un poema.
Permítanme ahora compartir dos más:
llueven pájaros
saetas
flechas malheridas
llueven pájaros habitantes desmesurados de las nubes
Estos pájaros que suelen ser ángeles
lloran este planeta que arderá
quemado por nuestro propio desatino
Estos ángeles que suelen ser pájaros
se llenan la garganta con arena
mientras escupen fuego
Sus palabras son entonces pedernales
que nos golpean desde la arremolinada soledad
de la ceguera
Cirugía
No sé si sabes
que a las mujeres
nos detienen con correas antiguas.
Ese temblor de pétalo al acecho
lo controla el cirujano
aplastando nuestro cuerpo a la camilla.
Dicen que es mejor así.
Aséptico
con el frío que aniquila los microbios
el bisturí separa la epidermis
te parte de parte a parte
mientras la máscara anestésica
confunde las edades.
Y es mejor así
eso es lo que dicen.
Se terminan de pronto los dolores
Aunque la sangre no te lava
ni remotamente te devuelve al olvido.
Es solo un surtidor
Y en su olor habitan
los restos de la vida.
Entonces allí
en el punto exacto
donde irradia el deseo:
una zarpa enorme
nos condena a la amnesia.
Ambos poemas de denuncia. En uno denuncia de las prácticas médicas relativas a la mujer, en el otro, un clamor por el ambiente y lo que estamos haciendo. Es decir, contenidos íntimamente ligados con los conceptos de bioética, si tomamos en consideración que en ambos hay una postura que tiene que ver con valores, de que ambos poemas son susceptibles de ser es analizados uno, como alegato por unas prácticas médicas más humanas, que generen mayor bienestar; y otro como denuncia sobre lo que estamos haciendo con el planeta desde la perspectiva ambiental. Vale decir, que aún sin llevarlo a un plano consciente, en el momento de escribirlos estaba, como escritora, como creadora, situándome desde una posición que conlleva la carga conceptual atinente a la bioética y manifestándome desde dicha perspectiva. Y que tiene que ver con la propuesta emanada desde la Oficina Regional de Ciencias de la UNESCO para América Latina y el Caribe, presente en su manual de Bioética para periodistas del año 2015 en donde se enuncia: “aunque hay muchas definiciones, se podrían decir que la bioética realiza “una reflexión crítica sobre los conflictos éticos que emergen de la vida y la salud humana”. Y cito: “Cuando hablamos de “reflexión crítica”, nos referimos a un análisis desde la ética filosófica, es decir, los valores, principios y virtudes que se ponen en juego en esa reflexión y las teorías que los sustentan. Fuente:. UNESCO Montevideo. (2015)Manual de Bioética para Periodistas
Por otra parte, encontramos que en sus considerandos para la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos las Naciones Unidas manifiesta que, cito:
“Reconociendo que la salud no depende únicamente de los progresos de la investigación científica y tecnológica sino también de factores psicosociales y culturales.” “Teniendo presente que la diversidad cultural, fuente de intercambios, innovación y creatividad, es necesaria para la especie humana y, en este sentido, constituye un patrimonio común de la humanidad“. “Teniendo presente también que la identidad de una persona comprende dimensiones biológicas, psicológicas, sociales, culturales y espirituales, “
Y si en este contexto, analizamos la creación Literaria, y nos vamos más allá, a la creación artística, nos encontraremos con que las expresiones en el campo del arte están íntimamente imbricadas con la bioética, en tanto responden a una aspiración humana consciente o inconsciente por propiciar un mejor estar en el mundo, una vida mejor, ya sea por el placer estético que producen, ya sea por presentar modelos aspiracionales, o bien por denunciar situaciones susceptibles de ser transformadas para el bienestar del ser humano, y por ende, de la vida, objetivos de la Bioética. Y por otra parte, en el momento de la creación interviene como elemento fundamentador la posición que el creador tenga respecto a sí mismo y a su entorno, vale decir, el conjunto de valores que conforman su bagaje ético y que define su concepción del mundo. Una reflexión que contenga de manera objetiva la perspectiva que la bioética le proporciona, otorgaría una dimensión más profunda y más comprometida.
Termino, como resumen, compartiendo un texto de mi nuevo libro, Impúdicas, y dejo a ustedes la tarea de ubicarlo en el contexto de esta conversación, y analizar sus alcances desde la perspectiva de la bioética.