El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, hizo el “llamado más fuerte posible” a todas las partes enfrentadas en Etiopía a que detengan inmediatamente los combates en Tigray y otras áreas.
En el espíritu de la Tregua Olímpica, que comenzó recientemente, Guterres declaró este martes ante la prensa acreditada en la sede de la ONU en Nueva York, que esa pausa permitiría un acceso efectivo de asistencia humanitaria para todas las poblaciones afectadas en toda Etiopía.
“Y ayudaría a allanar el camino hacia un muy necesario diálogo nacional inclusivo que involucre a todos los etíopes”, dijo.
Agregó que “el pueblo de Etiopía continúa sufriendo mucho por el conflicto y el derramamiento de sangre que lo aquejan actualmente”.
El titular de la ONU, que se prepara para asistir a los Juegos Olímpicos de Invierno, en Beijing, China, reiteró su exhortación a todas las partes a apegarse a la mejor tradición del espíritu olímpico para salvar vidas, superar las diferencias y encontrar el camino hacia la paz.
“Durante milenios, la tradición de la Tregua Olímpica ha apelado a todos los actores, en todas partes, a detener las hostilidades durante el transcurso de los Juegos”, señaló.
Sequía prolongada
Etiopía padece una sequía prolongada que dejará a más de 6,8 millones de personas en necesidad apremiante de socorro humanitario para mediados de marzo, informó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Tres temporadas consecutivas de lluvia fallidas han provocado una grave sequía en las regiones de tierras bajas del país.
Como resultado, los pozos de agua se han secado, el ganado y cultivos se han perdido y cientos de miles de niños y sus familias se encuentran al borde del abismo.
El representante de UNICEF en el país, Gianfranco Rotigliano, destacó el impacto devastador de la falta de precipitaciones.
“Los niños y sus familias luchan por sobrevivir debido a la pérdida de medios de subsistencia y ganado”, apuntó, agregando que se ha producido un “desplazamiento importante” de población que intenta salir de las áreas afectadas.
Desnutrición infantil
En las regiones más gravemente golpeadas por la sequía, el agua limpia es muy escasa y la seguridad alimentaria se deteriora rápidamente.
Unos 225.000 niños desnutridos y más de 10.000 mujeres embarazadas y lactantes necesitan apoyo nutricional urgente en las zonas de Oromia y Somali, por ejemplo.
“Si los niños se ven obligados a beber agua contaminada, corren el riesgo de contraer diversas enfermedades, incluida la diarrea, que es una de las principales causas de muerte entre los menores de cinco años”, alertó Rotigliano.
La ONU estima que unos 4,4 millones de personas se enfrentan a una grave escasez de agua en Oromia y Somali.
Abandono de la escuela
Además, calcula que 850.000 niños sufrirán desnutrición aguda en las cuatro regiones bajas como resultado de la sequía y la recesión económica, que también alejan a niños y jóvenes de las escuelas y la educación.
Más de 155.000 niños en Somali y Oromia han abandonado las clases para ayudar a buscar agua, a menudo viajando largas distancias, o para cuidar a otros niños mientras los adultos intentan encontrar agua para sus familias y ganado.
Según UNICEF, los niños que no asisten a la escuela afrontan el riesgo de ser explotados o están siendo empujados a peligrosos mecanismos de supervivencia.
Para responder a la emergencia, la agencia de la ONU distribuye suministros vitales, en estrecha coordinación con las autoridades locales.
Esto incluye la rehabilitación de pozos y sistemas de agua, camiones de agua de emergencia, tratamiento de niños con desnutrición severa, y educación y apoyo para la protección infantil.
UNICEF precisa de 31 millones de dólares para enfrentar la sequía, además del llamamiento humanitario general de 351 millones de dólares.
Los fondos se destinarían a ayudar a más de dos millones de personas vulnerables en las regiones más necesitadas.