“Las decisiones en materia de paz que no reflejan las voces, realidades y derechos de las mujeres no son sostenibles. Debe haber una defensa clara y una inversión significativa en las mujeres defensoras de los derechos humanos y constructoras de la paz”, afirmó este martes la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
En su participación en un debate ministerial abierto del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la violencia contra las mujeres en los procesos de paz y seguridad, Michelle Bachelet llamó a eliminar la brecha digital, ampliar el apoyo financiero y aumentar la rendición de cuentas por ataques e intimidación contra las mujeres.
“El trabajo de abordar la discriminación, la desigualdad, la negación del espacio cívico de las mujeres y la violencia de género también debe ser una prioridad para la construcción de la paz”, recalcó.
Bachelet destacó el papel del Consejo de Seguridad en el esfuerzo de construir la paz por y para las mujeres; sin embargo, subrayó que entre 1992 y 2019, sólo el 13 % de los negociadores, el 6 % de los mediadores y el 6 % de los signatarios de los principales procesos de paz en todo el mundo fueron mujeres.
La pandemia empeora la situación
“Y eso fue antes de que estallara la pandemia y antes de que una ola de conflictos cada vez más intensos, transiciones políticas antidemocráticas y crisis humanitarias desastrosas se apoderaran de muchas sociedades, reduciendo aún más los derechos de las mujeres”, advirtió.
Explicó que la situación a la que ahora se enfrentan las defensoras de los derechos humanos son mucho peores, como lo son las perspectivas de una participación plena, no simbólica, de las mujeres en la configuración y construcción de la paz.
Para ilustrar esta aseveración, citó que sólo el 1% del financiamiento a los países frágiles o afectados por conflictos se destina a las organizaciones de derechos de las mujeres y reportó que en 2020 su Oficina verificó 35 asesinatos de defensoras de los derechos humanos, periodistas y sindicalistas en siete países afectados por conflictos donde se pudieron recuperar datos.
“Este número, que sin duda es un recuento insuficiente, superó las cifras confirmadas de asesinatos en 2018 y 2019”, acotó.
Agregó que también se han documentado patrones de abusos de actores estatales y no estatales contra las defensoras de la igualdad de género y derechos sexuales y reproductivos entre otras causas, asegurando que esos ataques buscan disuadir la participación y liderazgo de las mujeres.
Exclusión de las mujeres en Afganistán
Durante su alocución, la Alta Comisionada se refirió al caso de Afganistán, subrayando la exclusión de las mujeres del Gabinete de facto y otros foros clave y advirtiendo que esta supresión socava en gran medida la capacidad de los gobernantes para garantizar un futuro pacífico duradero.
“Las mujeres afganas han sido excluidas de la toma de decisiones que afectan a sus vidas y familias, y se les ha impedido ejercer plenamente su derecho a participar en todas las esferas de la vida cívica y pública”, abundó.
Bachelet también consideró que frente a un desastre humanitario de proporciones sin precedentes, el país necesita que toda su gente se una. “En cambio, la negación de los derechos fundamentales de las mujeres y las niñas está dañando enormemente la economía y el país en su conjunto”, alertó.
Recordó que en los últimos meses, muchas defensoras de los derechos humanos, periodistas, abogadas y juezas afganas se han visto obligadas a huir o a esconderse, a menudo tras repetidas amenazas.
En este contexto, instó al Consejo de Seguridad a garantizar la rendición de cuentas de los responsables de las violaciones y abusos de los derechos humanos en Afganistán, incluso contra mujeres y niñas, “para permitir las condiciones para una paz sostenible”.
“Pido a todos los Estados que utilicen su influencia con los talibanes para fomentar el respeto de los derechos humanos”, enfatizó.
Solicitó además el establecimiento de vías seguras y programas de reasentamiento para las defensoras de los derechos de las mujeres afganas, al igual que la suspensión inmediata de la deportación de las afganas que buscan protección en otros países.
El caso de Colombia
Bachelet contrapuso la situación en Afganistán con el caso del Acuerdo de Paz de Colombia de 2016, en el que hubo una amplia participación de las mujeres y se incluyeron medidas puntuales de género.
“La Comisión de la Verdad y la Jurisdicción Especial para la Paz también han promovido la participación de las mujeres, y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas ha reconocido el papel fundamental de las mujeres en esa búsqueda”, apuntó.
No obstante, añadió que se deben fortalecer medidas específicas de género en cuestiones como la reforma agraria, la participación política, las garantías de seguridad y otros puntos del acuerdo.
También recomendó mayores esfuerzos para combatir la continua violencia sexual relacionada con el conflicto y para garantizar que las víctimas de esos crímenes sean tratadas con dignidad y tengan acceso a protección, justicia y reparación adecuadas. “Este trabajo servirá a la causa de la justicia y, por lo tanto, a la paz”, concluyó Bachelet.
Objetivo compartido
El debate en el Consejo de Seguridad fue organizado por Noruega, país que ostenta la presidencia del órgano en enero.
La canciller de ese país, Anniken Huitfeldt, resaltó que existen deficiencias persistentes en la creación de entornos seguros y propicios para que las mujeres constructoras de paz y defensoras de los derechos humanos puedan desempeñar su labor e instó a trabajar con miras a alcanzar el objetivo compartido de garantizar la participación plena, equitativa y significativa de las mujeres en todas las etapas de los procesos de paz.
Fondo de apoyo
En el misma línea que el Consejo de Seguridad, ONU Mujeres lanzó hoy el Fondo Humanitario y para la Paz de las Mujeres, que busca acelerar el respaldo a las defensoras de los derechos humanos de las mujeres en la primera línea del conflicto y la crisis.
La directora ejecutiva de ONU Mujeres, Sima Bohous, y la ministra de Relaciones Exteriores de Noruega presentaron el Fondo en un evento virtual en el que definieron dichos recursos como una nueva ventana de financiamiento para las defensoras de derechos humanos que trabajan por la paz inclusiva y la acción humanitaria.
El Fondo es un mecanismo global de financiamiento conjunto flexible y rápido cuya meta es revitalizar la acción y aumentar los recursos para la participación, el liderazgo y el empoderamiento de las mujeres en los procesos de paz y seguridad y en las respuestas humanitarias.