Tras una visita de diez días a México, El Salvador y Guatemala, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados se posicionó en favor de la creación de un mecanismo regional que ayude a ampliar, coordinar y crear sinergias entre los diferentes programas, políticas e iniciativas que se ocupan de los desplazamientos de población en México y América Central.
«En lugar de levantar muros para contener a la gente, tenemos que conseguir la estabilidad de los que se desplazan creando las condiciones necesarias para que no se tengan que ir y que los que necesiten hacerlo encuentren lo que necesitan más cerca de casa», explicó Filippo Grandi.
El Alto Comisionado pidió la creación de “un mecanismo regional que genere sinergias entre los diversos programas, alianzas, plataformas y foros existentes que intentan abordar las causas estructurales de la movilidad humana y buscar soluciones».
La petición de Grandi se produce tras conocerse que una combinación de factores económicos, sociales y humanitarios, que incluyen la falta de oportunidades, la inseguridad provocada por las bandas y el crimen organizado, los estragos de la pandemia del COVID-19 y los efectos del cambio climático, han provocado el desplazamiento de casi un millón de personas en México y Centroamérica.
Migración desde América del Sur
A esta situación se le ha de añadir que los migrantes y solicitantes de asilo procedentes de otras naciones ubicadas en el sur del continente y del Caribe atraviesan Centroamérica con mayor frecuencia.
En lo que llevamos de año más de 100.000 hombres, mujeres y niños han cruzado de Colombia a Panamá a través del Paso del Darién y México fue durante la primera mitad de 2021 el tercer país con un mayor número de solicitudes de asilo del mundo.
Grandi destacó que México y Guatemala ya no son solamente países de tránsito, sino que se han convertido en lugares donde los refugiados y los migrantes encuentran seguridad y se les proporciona oportunidades.
«En estos dos países he visto ejemplos de generosidad, una cálida acogida y auténticos esfuerzos para que los refugiados formen parte del tejido social y económico. También conocí a muchos refugiados que trabajan alegremente, estudian y contribuyen de muchas maneras diferentes a sus comunidades de acogida», describió.
Las iniciativas locales no son suficientes
La agencia de la ONU trabaja con los gobiernos, la sociedad civil y otros socios para fortalecer los sistemas de asilo en México, Guatemala y otros países de Centroamérica, y aboga por alternativas migratorias para quienes las necesitan.
Durante su visita, el Alto Comisionado fue testigo de los esfuerzos de El Salvador por fortalecer su legislación, las políticas públicas y los programas para responder a las necesidades de protección, servicios y asistencia de los desplazados internos.
A modo de ejemplo, los centros juveniles urbanos gestionados por el gobierno de El Salvador y las iniciativas comunitarias ofrecen espacios seguros a los niños y adolescentes que corren el riesgo de ser desplazados y reclutados por las bandas criminales.
El Alto Comisionado también participó el pasado martes en la cuarta reunión anual del Marco Integral de Protección y Soluciones Regionales que busca coordinar las respuestas regionales y nacionales destinadas a mitigar las causas profundas del desplazamiento forzado y dar soluciones eficaces a las necesidades de protección de la población desplazada, los solicitantes de asilo y los refugiados.
Grandi alabó la tarea del Marco del que dijo ha funcionado como un “motor de iniciativas en la agenda del desplazamiento y los refugiados en la región, aunando esfuerzos para responder a las necesidades de protección y al mismo tiempo contribuir a la estabilización de estos flujos”.
El Alto Comisionado también elogió las iniciativas locales de ámbito regional.
«Son muy importantes y necesarias porque muestran lo que se puede conseguir, pero por sí solas no son suficientes. Para marcar la diferencia tenemos que repetirlas, ampliar su alcance e interconectarlas. Tenemos que ampliar la respuesta y esto requiere una participación mucho más activa de los agentes encargados del desarrollo, las instituciones regionales, los bancos internacionales, las agencias de las Naciones Unidas y la sociedad civil».
Durante su visita, Grandi se reunió con los presidentes de El Salvador y Guatemala, con funcionarios gubernamentales de ámbito nacional y local, y con representantes de oenegés, organizaciones comunitarias, instituciones académicas, el sector privado y otras entidades. También se reunió con refugiados, solicitantes de asilo, desplazados internos y migrantes.