En su mensaje con motivo del Día Mundial del Retrete, el Secretario General de la ONU afirmó que todo el mundo debería tener acceso a un saneamiento higiénico, seguro y sostenible.
Sucio, peligroso y letal
«La vida sin retrete es sucia, peligrosa e indigna», dijo António Guterres. «No obstante, 3600 millones de personas siguen viviendo sin un saneamiento gestionado de forma segura, lo que supone una amenaza para su salud, es perjudicial para el medio ambiente y obstaculiza el desarrollo económico”.
La falta de un saneamiento adecuado también puede ser letal. Cada día, más de 700 niños menores de cinco años mueren de diarrea relacionada con la falta de agua y saneamiento, según datos de la ONU.
El Día Mundial del Retrete, que se conmemora cada 19 de noviembre desde 2013, tiene como objetivo romper los tabúes y hacer del saneamiento para todas las personas una prioridad del desarrollo mundial.
Inversión e innovación
El Secretario General recordó que los retretes salvan vidas e impulsan mejoras en la igualdad de género y en la sociedad en su conjunto.
En el Día Mundial del Retrete, mantengamos nuestra promesa de no dejar a nadie atrás y tomemos medidas para que todo el mundo disponga de salud y saneamiento.
“La historia nos enseña que es posible progresar rápidamente», declaró. «Muchos países han transformado sus sistemas de salud centrándose en las instalaciones sanitarias y asegurando que todo el mundo tenga acceso a retretes.
Guterres instó a la inversión urgente y a gran escala, así como a la innovación en todas las fases de la «cadena de saneamiento», desde los aseos hasta el transporte, la recogida y el tratamiento de los residuos humanos.
A pesar de que el acceso al saneamiento es un derecho humano reconocido por las Naciones Unidas, todavía se precisa cuadruplicar las inversiones para garantizar que todas las personas tengan acceso al agua y sanemiento para 2030, como lo plantean los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Por cada dólar invertido en retretes y saneamiento, se consigue ahorrar hasta cinco dólares en gastos médicos, mejor salud, mayor productividad, educación y empleo, apuntó el titular de la ONU.
El Secretario General consideró que hacer realidad el derecho humano básico al agua y al saneamiento no sólo es bueno para las personas, sino también para las empresas y el planeta.