Orlando Guerrero V, Empresario, Candidato a Vicepresidente Costa Rica Justa.
Nicaragua ha sido nuestro vecino desde siempre. Ha sido un vecino con el cual hemos tenido épocas buenas, épocas difíciles y épocas muy difíciles.
En historia reciente tenemos la revolución sandinista, la contra revolución, y las crisis periódicas del sistema político propio de esa nación. Creo que como ciudadanos tenemos que tener claro que la situación de vecindario de Nicaragua y sus particularidades, nos han beneficiado y también nos han traído algunos perjuicios. Creo que es importante entender que no es Costa Rica, es un llamado a solucionar los problemas y situaciones políticas de Nicaragua.
Hoy en día con casi un millón de ciudadanos nicaragüenses o hijos de nicaragüenses viviendo formal e informalmente en nuestro país, lo que nos corresponde es administrar una crisis que no podemos solucionar. Nos puede disgustar mucho la manera en que se maneja la política en Nicaragua, nos puede tener muy enojados, las formas del actual gobierno y su manejo de las relaciones con sus opositores, pero esa es una realidad en la que nosotros no tenemos responsabilidad real sobre su situación o su futuro. Costa Rica en cambio, debe maximizar sus aciertos en el manejo de la crisis migratoria que producen los accidentes y crisis política de Nicaragua, debe pedir las ayudas y colaboraciones a la comunidad internacional y debe entender que lanzar este país a resolver los problemas del vecino, no es algo que esté dentro de nuestras posibilidades económicas o políticas.
Nuestro país necesita entender la tremenda simbiosis que tenemos con los vecinos centroamericanos.
Por doloroso que parezca es inevitable comprender que somos siameses. De igual manera que Colombia no puede desprenderse de los problemas de Venezuela, o la República Dominicana, de las terribles desgracias de Haití.
Cada vecindario tiene sus vecinos y cada vecino tiene sus virtudes, sus debilidades y problemas. En este difícil momento que pasa en nuestros vecinos nicaragüenses, lo que nos corresponde es predicar con el ejemplo de nuestra democracia, de nuestro sistema de libertades, y en nuestra productividad como nación de libre empresa.
Nicaragua tiene el triple de territorio que Costa Rica, una población muy similar en tamaño y una deuda externa que equivale a su producto interno bruto PIB.
Su ingreso per cápita, es una octava parte del nuestro. Ni que decir de sus exportaciones o de su dependencia del crédito internacional. Es un país en el que casi no existe inversión extranjera directa. Ninguna de esas terribles situaciones justifica las decisiones terribles que se tomaron en contra del sistema de libertades ciudadanas. Pero no perdamos de vista que Costa Rica tiene enormes problemas, los cuales debe resolver con urgencia y prontitud.
En medio de esta compleja campaña política, creo que no debemos distraernos con los procesos electorales de otros países, pero si debemos regular las alertas para que no nos contaminen con sus sesgos y toxicidad.
Como país, seguiremos teniendo a Nicaragua y sus gobiernos en el vecindario. En el pasado tuvimos situaciones complejas en Panamá con el general Noriega de ingrata memoria. Tratemos de magnificar los beneficios y aprovechemos la enorme cantidad de magníficos ciudadanos nicaragüenses que han decidido hacer de Costa Rica su segundo hogar.