Ricardo Castro Calvo, Abogado
Costa Rica inicia un nuevo proceso electoral donde cada partido y su líder ensayan sus mejores ideas y, muestran sus más hermosos sueños para la patria.
Ayer por la mañana escuchamos estupefactos una propuesta de armar a la ciudadanía desde la páginas del programa de gobierno de Liberación Nacional y, por la noche, nuevamente, José María reiteró la oferta de armar al pueblo como una solución a la inseguridad que vive nuestra sociedad.
Jamás las armas van a resolver el miedo, el hambre y la falta de dirección del gobierno.
Es todo lo contrario. Aumenta el caos y promueve la muerte. El derecho a la defensa propia no está en duda. Ese derecho lo garantiza la Constitución Política y lo ejercen en el servicio a la ciudadanía, nuestros policías con dignidad y decoro.
El hambre de un millón y medio de compatriotas no se resuelve con un arma en la casa. Se resuelve con trabajo.
Eso nos proponemos desde el partido Costa Rica Justa. Abrir caminos de superación de la crisis con nuevas ideas. Educando a la juventud. Incentivando el deporte, la cultura y la sana diversión.
Eso es poner el futuro de nuestras vidas en sus manos emprendedoras; en corazones cultivados por los libros y mentes forjadas en las matemáticas. Jamás un menor o adolescente sirviendo a las armas.
Oportunidades. Eso es lo que Costa Rica necesita.
En el partido Costa Rica Justa tenemos ideas que nos harán surgir como pueblo a estadios superiores de vida.
Salgamos de la crisis, salgamos de la urgencia con ideas, no con pistolas y fusiles.
Esos experimentos de sociedad ha dado muchos locos ejemplos. Niños, maestros y otros inocentes muertos a causa de la venta de armas en tiendas comerciales.
Asociaciones que en nombre de la libertad, en otras latitudes, fomentan que las armas se vendan libremente sin exámenes sicológicos y sin vigilancia, tienen sus manos llenas de sangre.
Mi formación es civilista. Me he formado entre libros y servicio público. Los que plantean las armas como solución se cultivaron en academias militares.
Tengo por mentor a un general, de un ejército de liberación nacional que, ganó una guerra y abolió el ejército. Don Pepe Figueres es un símbolo nacional. Es una figura que trasciende los colores patrios. Es un hombre universal.
También me inspiro en el Expresidente de la República Óscar Arias, en lucha por la paz. Soy su admirador por esa conducta y por su consecuencia.
Costa Rica debe seguir el camino de paz que Óscar Arias lidera. Su constancia ha librado a otros pueblos del mundo de los ejércitos. No por casualidad es Premio Nobel de la Paz.
En la historia reciente de Costa Rica don Pepe, Luis Alberto Monge y Óscar Arias tuvieron en sus manos decisiones de guerra y optaron por la paz. Ese es el legado de la historia costarricense.
Rechacemos la invitación al armamentismo de la familia costarricense que propone el irresponsable texto del programa de Liberación y que confirman las palabras de su candidato, en una supuesta aclaración.
Entre más habla, más se contradice, pero si deja claro que su solución se basa en las armas y no en la paz social.
Es cierto que nunca se está más oscuro que cuando va a amanecer.