El proceso de redacción de una nueva constitución para Siria ha sido “una gran decepción”, declaró el enviado especial de la ONU para ese país este viernes, luego de que las partes involucradas en el proceso no lograran un consenso para seguir adelante durante las discusiones llevadas a cabo en Ginebra.
Geir Pedersen coordinó el proceso de redacción entre el gobierno y los copresidentes de la oposición del Comité Constitucional sirio -integrantes del órgano de redacción-, y la sociedad civil, que comenzó el lunes.
El objetivo era producir un texto que ayudara a construir un futuro pacífico para el país, después de más de una década de guerra.
Nueve meses de negociaciones
Estas reuniones siguieron a casi nueve meses de negociaciones del enviado especial para alcanzar un consenso sobre la reforma constitucional.
En enero, el diplomático había informado que no había avances suficientes en la quinta reunión órgano de redacción de 45 miembros pero que, en cambio, había conciencia de que “no se podía continuar por el mismo camino”.
Durante el proceso se discutieron cuatro puntos de la agenda establecidos en 2017 por el entonces enviado especial de la ONU para Siria, Staffan De Mistura: gobernanza y transición política, constitución, elecciones y contraterrorismo.
Composición del Comité
A la fecha, han pasado casi dos años de la primera reunión del Comité Constitucional sirio en pleno, un órgano de 150 miembros que comprende 50 representantes del gobierno sirio, 50 de la oposición y 50 de la sociedad civil.
Quince miembros de cada uno de esos bloques componen el órgano de redacción. Los copresidentes del Comité, Ahmad Kuzbari, el representante del gobierno sirio, y Hadi al-Bahra, del lado de la oposición, se reunieron por primera vez con Pedersen el domingo.
Altas y bajas
“Es justo decir que hubo altibajos durante los cuatro días”, indicó Pedersen, precisando que “tres días salieron bien y uno fue más difícil”.
“Al final, tuvimos buenas discusiones sobre los diferentes principios”, añadió.
El enviado especial indicó que ahora, el trabajo de las partes será concentrarse en llevar adelante los principios y conseguir acuerdos en los asuntos en los que hay discrepancias.
En este renglón, advirtió que hará mucha falta una voluntad y comprensión adecuadas para progresar.
Por otra parte, en tono positivo, el negociador dijo que esta semana se pudo establecer una confianza que podría ser la base de un nuevo entorno. No obstante, insistió en que se precisa voluntad política para encontrar una forma de minimizar las diferencias e identificar los objetivos comunes para llevar a adelante el proceso.
Pederson sostuvo que existen posibilidades; sin embargo, recalcó son las partes implicadas las que tienen que concluir el proceso, ya que es a ellas a quienes atañe esa responsabilidad de trazar el futuro del país.