Las agencias de la ONU expresaron este viernes su tristeza por el naufragio de una embarcación en Colombia que transportaba a 30 personas a Panamá, donde fallecieron tres personas y otras seis continúan desaparecidas, entre ellas tres menores de edad.
Los organismos de las Naciones Unidas señalan que es “esencial” la colaboración entre las autoridades de los países de tránsito con el objetivo de “diseñar e implementar una respuesta regional integral.
En un comunicado conjunto que agrupa a las oficinas regionales de la ONU, estas lamentaron profundamente el naufragio del navío el pasado 11 de octubre en el municipio colombiano de Acandí.
El incidente es una clara evidencia de la desesperación de las familias y los riesgos a los que se exponen a lo largo de la travesía a través de la región del Darién que ha aumentado en tamaño, nivel de riesgo y precariedad en los últimos meses.
Al mismo tiempo también ha crecido la diversidad de las nacionalidades, incluyendo flujos mayoritariamente del Caribe, América del Sur y de personas de otros continentes, así como el perfil de las personas que utilizan esta ruta.
De acuerdo con los datos del Servicio Nacional de Migración de Panamá durante los nueve primeros meses del año han cruzado el Darién más de 91.000 personas, entre ellos 19.000 niños y niñas, la mitad de ellos menores de 5 años, según UNICEF.
A estas cifras se les ha de añadir los más de 50 muertos en tránsito en el lado panameño de la ruta del Darién.
Los países implicados han de colaborar entre ellos
Las agencias de la ONU destacan que esta situación “requiere la cooperación entre los países implicados y actores de la sociedad civil para que se puedan adoptar acciones que permitan la búsqueda e identificación de personas desaparecidas en estas travesías”.
Aparte de los riesgos propios de la travesía, muchas personas están expuestas a violaciones de sus derechos como la violencia sexual y de género, los robos, la trata de personas, la discriminación, el secuestro y la extorsión cometidos por el crimen organizado. Esta situación afecta particularmente a las niñas y a las mujeres, por lo que es necesaria una respuesta con enfoque de género.
Falta una estrategia regional que garantice una movilidad segura
Las agencias del sistema de Naciones Unidas resaltan la necesidad de reforzar las vías de migración seguras, regulares y ordenadas para reducir el riesgo de perder vidas e instan a fortalecer la investigación contra las redes nacionales y transnacionales organizadas involucradas en el tráfico, el contrabando y las actividades ilícitas relacionadas.
Del mismo modo, instan a los Estados “a proteger los derechos de buscar y recibir asilo, de todas las personas en movilidad, particularmente familias, mujeres, niñas, niños y otras personas con necesidades particulares de protección”, y les urgen a “garantizar un acceso efectivo a los servicios básicos, independientemente de las razones por las que estas personas dejaron su país de origen, su situación migratoria, su nivel de ingresos y las circunstancias o condiciones de viaje”
Finalmente, calificaron de “esencial” la colaboración entre las autoridades de los países de tránsito con el objetivo de “diseñar e implementar una respuesta regional integral y efectiva que asegure una movilidad digna y segura”. Las agencias de la ONU reiteran su disponibilidad para acompañar este proceso.
Declaración conjunta de las oficinas regionales, de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH), la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la Organización Internacional del Trabajo (OIT), ONU Mujeres, el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS).