“Nuestro compromiso con el pueblo de Afganistán implica que interactuemos con el Talibán en las áreas operativa y de seguridad”, dijo este jueves al Consejo de Seguridad la representante especial del Secretario General de las Naciones Unidas para ese país.
Durante una sesión del órgano de seguridad, Deborah Lyons afirmó nuevamente que la ONU mantendrá su presencia en Afganistán y refrendó la voluntad de la Organización de asistir al pueblo afgano en medio de la actual crisis humanitaria.
Lyons, quien participó desde Kabul, explicó que la visita de esta semana del coordinador humanitario de la ONU, Martin Griffiths, allanó el camino para que continúen las discusiones con las autoridades de facto sobre la asistencia futura, al igual que para preparar el terreno para la conferencia para Afganistán que se celebrará el próximo 13 de septiembre en Ginebra.
El gabinete
En este renglón se refirió al gabinete anunciado por los talibanes lamentando la falta de inclusión, destacando que no hay mujeres, que la mayoría son miembros del antiguo gobierno de ese grupo y subrayando que, de los 33 integrantes presentados, “muchos forman parte de la lista de sanciones de las Naciones Unidas”, incluidos el primer ministro, los dos viceprimeros ministros y el ministro del Exterior.
“El Consejo deberá de decidir qué medidas tomar al respecto y el impacto que éstas tendrán en la interacción futura”, dijo Lyons a los integrantes del máximo órgano de seguridad de la ONU.
Agregó que el alivio a la crisis humanitaria no puede esperar las decisiones políticas que tienen que ver con el levantamiento de las sanciones puesto que millones de afganos necesitan ayuda desesperadamente y la precisan ahora.
Congelamiento de activos
La también responsable de la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán (UNAMA) afirmó que el congelamiento de miles de millones de dólares de los fondos internacionales de asistencia para que la administración de facto de los talibanes no pueda acceder a ellos “causará inevitablemente una crisis económica que empujaría a muchos millones de personas más a la pobreza y el hambre, generaría una crisis masiva de refugiados afganos y retrocedería varias generaciones los logros de los últimos años”.
Por ello, subrayó que se debe encontrar una forma rápida que permita que el dinero fluya a Afganistán para evitar que la economía colapse por completo; sin embargo, recalcó que dicho mecanismo deberá garantizar que los recursos se empleen donde sean necesarios y que no sirva para el uso a las autoridades de facto.
La diplomática consideró que la ayuda humanitaria debe continuar a través de la ONU y las ONG e insistió en la urgencia de “encontrar con celeridad mecanismos” que permitan que las agencias puedan llevar asistencia vital.
Asimismo, señaló que la economía “debe respirar unos meses más para dar al Talibán la oportunidad de mostrar flexibilidad y voluntad genuina de hacer las cosas de distinta manera esta vez, con una perspectiva de género, a favor de los derechos humanos y contra el terrorismo”.
El personal de la ONU en Afganistán
Con respecto a la situación de la ONU en Afganistán, informó que por el momento se han respetado sus instalaciones, pero expresó preocupación por los crecientes incidentes de acoso e intimidación contra los trabajadores locales.
“La ONU no puede hacer su trabajo, tan esencial para los afganos, si su personal es intimidado, teme por su vida y no se puede mover libremente”, apuntó y solicitó a los talibanes y a la comunidad internacional que garanticen su seguridad para que continúe con su labor de socorro.
Para concluir, Lyons señaló que el pueblo afgano es el menos responsable de la crisis que atraviesa el país, aunque sí es el más afectado.
“Es claro que el pueblo de Afganistán sigue necesitando de este Consejo y de la comunidad internacional”, puntualizó la jefa de la Misión de la ONU.