En marzo del 2021, el Centro Centroamericano de Población (CCP), de la Universidad de Costa Rica (UCR), cumplió dos décadas de existir. Durante estos años, la Institución se ha convertido en un pilar fundamental para los estudios de la población en Costa Rica y en la región.
Un claro ejemplo de esto ha sido el trabajo realizado durante la pandemia por el investigador jubilado, Dr. Luis Rosero Bixbi, quien se ha encargado de analizar y resumir, para la opinión pública, el impacto de la tasa de reproducción del COVID-19 desde el inicio de la crisis sanitaria.
La tasa R es, según lo explican en este Centro, la que “indica el número promedio de personas a las que contagia cada infectado durante todo el tiempo en que es contagioso”.
Agregan que cuando R es igual a 1 “significa que cada generación de casos es reemplazada por otra de igual tamaño; es decir, que la cantidad de individuos infectados no aumenta ni disminuye en el tiempo”.
Rosero se ha dedicado a realizar un análisis y explicación semanal de cómo se comporta esta tasa, de acuerdo con la cantidad de contagios que anuncia el Ministerio de Salud.
Pero, para comprender toda la historia y los aportes del CCP, tanto en el ámbito local como fuera de nuestras fronteras, debemos regresar más de 20 años en el tiempo.
El inicio de un gran proyecto
Fue en 1993 cuando se formó el Programa Centroamericano de Población (PCP), como una unidad adscrita a la Escuela de Estadística de la UCR.
Dicho programa se formó con motivo del vacío que dejó el Centro Latinoamericano de Demografía, que se encontraba adscrito a este centro de educación superior. La oficina de la unidad se ubicaba en el sótano de la Facultad de Medicina.
En aquel momento, un grupo de profesores, entre los que se encontraba el Dr. Rosero, intervino para evitar que se perdiera todo el trabajo que se había hecho. Gracias a ello, el 14 de marzo del 2001, el PCP se convirtió en el CCP.
“El gran motor del proceso del cambio del PCP al CCP fue una donación aproximada de un millón de dólares, que hizo la fundación de Bill y Melinda Gates, precisamente para establecer un centro de estudios de la población aquí en Costa Rica, que diseminara el conocimiento hacia otros países de la región centroamericana”, comentó Rosero.
Desde el inicio de la pandemia, este Centro se ha dedicado a analizar y a hacer informes periódicos en su sitio web sobre el movimiento de la tasa de reproducción del COVID-19.
Con ese dinero, este demógrafo se dirigió a la Vicerrectoría de Investigación de la UCR para solicitar la creación del Centro.
Transferencia de conocimiento
El CCP se fundó sin ningún costo para la UCR y durante los primeros años funcionó exclusivamente con los fondos de la donación.
En un inicio, entre los años 1993 y 2004, el PCP y el CCP enfocaron su labor principalmente a la elaboración y aplicación de encuestas que abarcaban temas de salud sexual y reproductiva, fenómenos migratorios en Centroamérica y capacitaciones en distintos campos, como, por ejemplo, la comunicación de la ciencia y las evaluaciones de impacto en proyectos sociales.
Posterior al 2004, el Centro se involucró de lleno en el tema del envejecimiento de las poblaciones. En este contexto, se comenzó el Estudio de Longevidad y Envejecimiento Saludable de Costa Rica (Creles, por sus siglas en inglés).
“Este estudio se considera una de las principales encuestas longitudinales de envejecimiento en América Latina y fue la primera en generar información sobre biomarcadores. No solo era una encuesta, sino que también era un estudio que recolectaba sangre y orina, para entender el proceso de envejecimiento saludable en el país”, manifestó el Dr. Gilbert Brenes Camacho, director del CCP.
A partir de los datos recolectados en este proyecto, se logró llegar a la conclusión de que Nicoya, en la provincia de Guanacaste, se puede considerar un centro de alta longevidad, lo que ahora se considera en el ámbito mundial como una zona azul.
Con el pasar del tiempo, las investigaciones se han vuelto cada vez más diversas. Actualmente, hay investigadores que continúan enfocándose en temas como la migración, con diferentes enfoques.
De hecho, hace aproximadamente cuatro años se llevó a cabo la primera Encuesta Nacional de Emigración e Inmigración en Costa Rica, con el apoyo de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
También se contó con el apoyo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), con el propósito de analizar el impacto económico de la población migrante.
Asimismo, el CCP se involucró con la red denominada National Transfer Accounts (NTA), la cual analiza las transferencias intergeneracionales de recursos a partir de la teoría del ciclo de vida.
El Centro Centroamericano de Población ha estudiado con detenimiento el envejecimiento saludable en Costa Rica.
Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.
“Esto es muy importante porque ayuda a ver la sostenibilidad de las pensiones, la sostenibilidad del sistema de salud y en qué momento Costa Rica tuvo el bono demográfico, en qué año se podría considerar que se perdió y cuáles son los siguientes que van a surgir”, dijo Brenes.
El bono demográfico ocurre cuando hay mayor cantidad de población en edad productiva en relación con la población en edades dependientes desde el punto de vista económico, sobre todo niños, niñas y personas adultas mayores. Costa Rica tuvo ese bono demográfico durante las primeras dos décadas del siglo XXI.
En la actualidad, el CCP continúa efectuando estudios sobre envejecimiento. A finales del 2020, generó el Segundo informe estado de situación de la persona adulta mayor en Costa Rica, tras 12 años y en colaboración con el Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor (Conapam) y el Programa Integral para la Atención de la Persona Adulta Mayor (PIAM) de la UCR.
Los científicos del CCP resaltaron que a lo largo de los últimos 20 años se han dado a conocer datos de mucha utilidad para el país y la región.
Algunos de ellos son que Costa Rica tiene una de las esperanzas de vida más altas del mundo (80 años), que la Península de Nicoya es una de las cinco zonas azules que existen en el planeta y que la gradiente socioeconómica de la mortalidad en Costa Rica es inversa. Esto quiere decir que las personas con menos riqueza tienen mayores posibilidades de vivir más años que quienes tienen más dinero.
¿Qué sigue ahora?
Según lo explicó el director del Centro Centroamericano de Población, en estos momentos uno de los principales objetivos de esta instancia es democratizar la información demográfica y generar nuevas discusiones referentes al análisis cualitativo.
Brenes agregó que en un futuro cercano el Centro se enfocará en seguir analizando temas de población, específicamente enfocados en cómo la demografía del siglo XXI en Costa Rica es muy diferente a la del siglo XX.
“Un ejemplo es que Costa Rica es uno de los países con la tasa más baja de fecundidad en el hemisferio occidental, entonces queremos entender eso, ¿por qué está pasando?”, indicó el demógrafo.
El CCP también se ofrecerá a apoyar investigaciones con datos a instituciones como el Ministerio de Salud y la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), para comprender cómo va a ser la realidad de las personas mayores en los próximos años.
Finalmente, el exdirector del CCP, el Dr. Arodys Robles Soto, hizo un especial énfasis en las bases de datos que hoy se encuentran disponibles para su consulta en el sitio web del Centro, pues son una forma de democratizar la información.
“Una de las primeras tareas que desarrolló este Centro fue subir información a su página web, como censos y series de estadísticas vitales, entre otros trabajos. Siempre ha sido nuestra política poner allí todo lo que se produce para que las personas puedan utilizar esos insumos”, expresó Robles. La cantidad de bases de datos disponibles en internet asciende a casi 200 publicaciones”, detalló.