Según un informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y el Desarrollo publicado este miércoles, la caída del turismo internacional debido a la pandemia del coronavirus podría causar una pérdida de más de cuatro billones de dólares en el PIB global durante los años 2020 y 2021.
La pérdida estimada se debe al impacto directo de la pandemia en el turismo y a su efecto dominó en otros sectores estrechamente relacionados con él.
El informe, publicado junto con la Organización Mundial del Turismo, afirma que el turismo internacional y sus sectores altamente vinculados sufrieron una pérdida estimada de 2,4 billones de dólares en el 2020, tras una fuerte caída en las visitas turísticas internacionales.
El turismo depende de las vacunas
Este año puede producirse una pérdida similar, advierte el informe, señalando que la recuperación del sector turístico dependerá en gran medida de la aplicación global de las vacunas del COVID-19.
«El mundo necesita un esfuerzo de vacunación global que proteja a los trabajadores, mitigue los efectos sociales adversos y se tomen decisiones estratégicas en relación con el turismo, teniendo en cuenta los posibles cambios estructurales», dijo la secretaria general interina de la Conferencia, Isabelle Durant.
Por su parte, el secretario general de la agencia de la ONU para el turismo, Zurab Pololikashvili, aseguró que este sector “es un salvavidas para millones de personas, y avanzar en la vacunación para proteger a las comunidades y apoyar su reanudación es fundamental para la recuperación de puestos de trabajo y la generación de recursos muy necesarios, especialmente en los países en desarrollo, muchos de los cuales dependen en gran medida del turismo internacional».
Los países en desarrollo lo más perjudicados
Según el informe, la vacunación contra la COVID-19 es más pronunciada en algunos países que en otros, por lo que las pérdidas económicas derivadas del turismo se reducen en la mayoría de los países desarrollados, pero se agravan en los países en desarrollo, donde la ausencia de vacunas está manteniendo alejados a los turistas.
Las tasas de vacunación contra el COVID-19 son desiguales entre los países, oscilando entre menos del 1% de la población en algunos países y más del 60% en otros.
Según el informe, el despliegue asimétrico de las vacunas magnifica el impacto económico en los países en desarrollo, ya que estos podrían representar hasta el 60% de las pérdidas del PIB mundial.
Además, se espera que el sector turístico se recupere más rápidamente en los países con altas tasas de vacunación, como Francia, Alemania, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos.
Pero los expertos no esperan volver a los niveles de afluencia turística internacionales previos a la pandemia hasta 2023 o incluso después.
Los principales obstáculos son las restricciones a los viajes, la lentitud en la contención del virus, la poca confianza de las personas para viajar y un entorno económico deficiente.
Pese a un repunte en 2021, las pérdidas serán billonarias
Se espera un repunte del turismo internacional en el segundo semestre de este año, pero el informe de la Conferencia sigue mostrando una pérdida de entre 1,7 y 2,4 billones de dólares en el año 2021, con respecto a los niveles del año 2019.
Los resultados se basan en simulaciones que reflejan únicamente los efectos de la reducción del turismo, sin considerar políticas que podrían suavizar el impacto de la pandemia en el sector, como los programas de estímulo económico.
El informe evalúa los impactos económicos de tres posibles escenarios, todos ellos reflejan la reducción de las visitas internacionales en el sector turístico en el 2021.
El primero, proyectado por la Organización Mundial del Turismo, refleja una reducción del 75% en las visitas turísticas internacionales, siendo esta la previsión más pesimista, basada en la reducción observada en 2020.
En este escenario, una caída de los ingresos turísticos mundiales de 948.000 millones de dólares provoca una pérdida en el PIB real de 2,4 billones de dólares, es decir, un aumento de dos veces y medio. Esta relación varía mucho según los países, ya que en algunos puede haber un incremento duplicado, mientras que en otros triple o cuádruple.
Según el informe, se trata de un multiplicador que depende de los efectos derivados en el sector turístico, incluido el desempleo de la mano de obra no cualificada.
Por ejemplo, el turismo internacional aporta alrededor del 5% del PIB en Turquía y en el 2020, el país sufrió una caída del 69% de las visitas turísticas internacionales.
La caída de la demanda turística en el país se estima en 33.000 millones de dólares, lo que conlleva pérdidas en sectores altamente vinculados, como la industria alimenticia, de bebidas, el comercio minorista, las comunicaciones y el transporte.
La caída total de la producción de Turquía es de 93.000 millones de dólares, unas tres veces más que el impacto inicial. Sólo el descenso del turismo contribuye a una pérdida real del PIB de alrededor del 9%. Este descenso se compensó en parte con medidas fiscales para impulsar la economía.
El segundo escenario refleja una proyección menos pesimista y consiste en una reducción del 63% de las visitas turísticas internacionales.
Y el tercer escenario, considera tasas variables de turismo nacional y regional en 2021. Por ejemplo, supone una reducción del 75% del turismo en los países con bajas tasas de vacunación, y una reducción del 37% en los países con tasas de vacunación relativamente altas, en su mayoría países desarrollados y algunas economías más pequeñas.
Las pérdidas son peores de lo que se esperaba
La reducción del turismo provoca un aumento promedio del 5,5% del desempleo de la mano de obra no cualificada, con una gran variación del 0% al 15%, según la importancia del turismo para la economía.
La mano de obra representa alrededor del 30% del gasto de los servicios turísticos, tanto en las economías desarrolladas como en las que están en vías de desarrollo. El sector emplea a muchas mujeres y jóvenes, quienes tienen relativamente pocas barreras de entrada a este sector.
En julio del año pasado, la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo estimó que una paralización de entre cuatro y doce meses del turismo internacional costaría a la economía mundial entre 1,2 y 3,3 billones de dólares, incluidos los costes indirectos.
Sin embargo, las pérdidas son peores de lo que se esperaba, ya que incluso el peor escenario previsto el año pasado ha resultado ser optimista, ya que los viajes internacionales siguen siendo bajos aún después de más de 15 meses desde el inicio de la pandemia.
Las llegadas de turistas internacionales se redujeron en unos 1000 millones de viajes, o un 74%, entre enero y diciembre de 2020. Si se excluyen los meses de enero y febrero del 2020, anteriores a la pandemia, la caída de las llegadas asciende al 84%.
Los países en desarrollo han sido los más afectados por la pandemia en el sector turístico. Estos países han sufrido las mayores reducciones de llegadas de turistas en el 2020, estimadas entre el 60% y el 80%.
Impacto en el PIB por regiones y la necesidad de recuperar el turismo en América Latina
Por regiones, la que más sufrirá el impacto de la crisis del turismo en su PIB será Centroamérica, que puede perder hasta un 11,1%. Por países, Ecuador será el que más vulnerable después de Turquía, y se dejará hasta un 9,0% de su PIB, Argentina puede perder el 2,4 %, y Colombia el 2,3 %. El descenso sería menor para México (1,6 %) y Brasil (0,6 %).
Por su parte, otra agencia de la ONU, la Organización Internacional del Trabajo, destacó la necesidad de diseñar políticas orientadas a la recuperación del turismo en los países de América Latina y el Caribe, que permita impulsar uno de los sectores económicos más dinámicos, esencial para la generación de divisas, ingresos y empleos.
El turismo fue duramente golpeado por la crisis de la pandemia en la región. Mientras que la cantidad de ocupados totales se contrajo 24,8% en promedio al segundo trimestre de 2020, la pérdida de puestos de trabajo en el sector de hoteles y restaurantes en América Latina y el Caribe llegó al 44,7%.
“La recuperación del turismo depende directamente de la extensión de la vacunación y de la adopción de medidas adecuadas de seguridad y salud en el trabajo. La reactivación de este sector puede tener un efecto multiplicador importante sobre la economía y empleo, que puede resultar crucial para superar la crisis generada por la pandemia”, dijo el director de la agencia de la ONU para América Latina y el Caribe, Vinícius Pinheiro.
Y añadió que “es fundamental que las políticas de recuperación del sector contribuyan para mejorar la calidad de los empleos e estimulen la formalización del mercado de trabajo. El apoyo a las micro y pequeñas empresas es crucial para que los beneficios del turismo favorezcan el desarrollo local«.
En una nota técnica titulada “Hacia una recuperación sostenible del empleo en el sector del turismo en América Latina y el Caribe ”, que forma parte de la serie Panorama Laboral de la Oficina Regional de OIT, la Organización destaca que antes de la pandemia, en 2019, la economía del turismo, que incluye tanto el turismo como todos los sectores que dependen de él, representó el 26% del PIB total en el Caribe y el 10% en América Latina.
También dice que la reducción de la ocupación no afectó a todos los trabajadores de manera homogénea: la pérdida fue mayor para las mujeres, los trabajadores jóvenes, trabajadores migrantes y para quienes se insertaban en un puesto informal.
En 2019, las mujeres estaban sobrerrepresentadas en la rama de hoteles y restaurantes, con 58% del empleo, mientras que en el total de ocupaciones alcanzan el 42,5%. Otro grupo sobrerrepresentado en el sector es el de los trabajadores jóvenes, de hasta 24 años, que conforman el 20,9% del empleo en el sector y 13,5% en el empleo total.
Antes de la pandemia el peso del empleo informal era mayor en el turismo que para el total de las actividades: 63,3% de los trabajadores en hoteles y restaurantes de la región trabajaban en condiciones de informalidad, mientras que ese porcentaje era el 51,8% del empleo total.
El turismo se caracteriza por un mayor porcentaje de trabajadores que se desempeñaban en una jornada reducida en 2019: la subocupación afectaba al 25,9% de los trabajadores totales y al 31,2% de los ocupados en hoteles y restaurantes. Además, de acuerdo con el informe, se trata de un sector con remuneraciones relativamente bajas: los ingresos de los trabajadores del turismo representaban en promedio el 75% de los ingresos de los ocupados tomados en conjunto.
Una recuperación del empleo productivo, el trabajo decente y las empresas sostenibles
El análisis de OIT destaca la necesidad de diseñar políticas que permitan promover una recuperación con empleo productivo, la creación de trabajo decente y empresas sostenibles en el sector turismo, en especial para afrontar desafíos asociados a la elevada presencia de informalidad, subocupación y bajos ingresos.
Adicionalmente, las políticas de apoyo del sector deben tener un enfoque de protección del medio ambiente y de maximización de los beneficios obtenidos por las comunidades de acogida y de minimización el impacto negativo que la actividad pueda implicar, agrega el análisis.
Y, dada la importante presencia de mujeres en el sector, los marcos jurídicos para el desarrollo de la actividad deberían tener perspectiva de género y contemplar mecanismos para la prevención de la discriminación y de promoción de la igualdad de género
Otros aspectos destacados son la necesidad de digitalización y ampliación de capacidades; transformación productiva y creación de empleos verdes; y diálogo social y fortalecimiento de la coordinación y articulación en el sector turismo.
Esta semana, la recuperación del sector turismo es objeto de análisis por parte de una reunión tripartita de representantes de gobiernos y de organizaciones de empleadores y de trabajadores, que apunta al intercambio de experiencias y de iniciativas destinadas a apuntalar la recuperación.
El turismo fue objeto de consideración especial en la resolución aprobada este mes por delegados de todo el mundo en la Conferencia Internacional del Trabajo sobre un Llamamiento Mundial a la Acción para una recuperación centrada en las personas tras la crisis por COVID-19.
El llamamiento de la Organización Internacional del Trabajo plantea la necesidad de “facilitar una recuperación rápida que impulse la sostenibilidad del sector de los viajes y el turismo, teniendo presente su naturaleza intensiva en mano de obra y su papel clave en los países muy dependientes del turismo, entre ellos los pequeños Estados insulares en desarrollo”.